Viajar a otros sistemas planetarios podría ser posible incluso sin naves espaciales.

Esto es lo que sugiere una profesora de física.

Concepto artístico de un planeta errante. / ESO

Dentro de unos 3 mil millones de años el Sol será lo suficientemente grande como para hacer inhabitable la Tierra. 2 mil millones de años más tarde habrá arrasado con Mercurio, Venus y probablemente con nuestro planeta. ¿Cómo podemos escapar de este cataclismo?

Nuestros lectores saben muy bien que incluso la estrella más cercana después del Sol se encuentra muy lejos. Está a aproximadamente 40 billones de kilómetros; la luz le tarda más de 4 años en llegar. Nuestras naves actuales tardan algo de 7 meses para llegar al planeta vecino, Marte, y 5 años hasta Júpiter, lo que significa que un viaje interestelar nos resulta realmente eterno en la que hay muchos desafíos.

¿Habrá alguna civilización extraterrestre que se haya enfrentado a un escenario similar? Irina K. Romanovskaya, profesora de Física y Astronomía en el Houston Community College, menciona en un artículo reciente que, si los extraterrestres existen, pudieron haberse mudado de sistema planetario sin usar naves espaciales. La hipótesis suena un poco descabellada, se trata de usar a los planetas que vagan libremente como medio de transporte.

Cuando una estrella muere, su masa se reduce a tal modo que los planetas quedan libremente. En el caso de nuestro sistema solar, podría darse con Marte y los planetas más distantes. Es posible que el Sol al convertirse en una gigante roja se engulla a Mercurio, Venus y hasta la Tierra.

Entonces, estos planetas que quedan sin una estrella a la cuál orbitar, vagarán por el espacio interestelar libremente. Romanovskaya sugiere que una civilización podría usar estos planetas para transportar grandes poblaciones con destino a un nuevo sistema planetario. Aunque también hay planetas errantes que divagan por el espacio sin una estrella que los ilumine, se considera que numerosos planetas flotantes deberían originarse y residir en cúmulos estelares, al pasar cerca podría ofrecer esperanza a alguna civilización que busca escapar.

«Los autoestopistas cósmicos pueden viajar a planetas flotantes que pasan cerca de sus sistemas planetarios de origen», escribe Romanovskaya. «Las civilizaciones extraterrestres pueden aprovechar los sobrevuelos cercanos de los planetas que flotan libremente y enviar sus especies o sus tecnologías a los planetas que flotan libremente».

Según el estudio, los extraterrestres podrían usar planetas que flotan libremente para transportar grandes grupos o poblaciones que escapan de las amenazas existenciales que se aproximan, para extraviar poblaciones no deseadas, enviar un gran número de especies biológicas o posbiológicas para explorar mundos distantes o propagar poblaciones de sus especies a varios sistemas planetarios para preservar la continuidad de su civilización. El artículo dice que las especies posbiológicas pueden ser máquinas con inteligencia artificial, máquinas con inteligencia ‘cargada’ de especies biológicas o especies compuestas de partes del cuerpo tanto orgánicas como biomecatrónicas.

Una civilización avanzada, con una tecnología que ha tenido miles o millones de años para perfeccionarse, pueden haber alcanzado la capacidad de protegerse de la radiación durante largos periodos de tiempo. Así mismo, las especies avanzadas o posbiológicas pueden aprovechar los recursos del planeta para autosustentarse e incluso continuar su desarrollo.

Para nosotros ahora no es posible, pero en el futuro o en otros mundos, tal vez las tecnologías se pueden utilizar para modificar el movimiento de los planetas y pilotarlos como una nave. Si la fusión nuclear controlada tiene el potencial de convertirse en una importante fuente de energía para la humanidad, también puede serlo para los viajeros interestelares, dice Romanovskaya.

El artículo se encuentra disponible en el sitio de preimpresión Arxiv y se ha publicado en la revista International Journal of Astrobiology.

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