Una ‘cápsula del tiempo’ en una estalactita de Almería
September 9, 2020 El Mundo , NoticiasUna reconstrucción del clima del pasado basada en el análisis de una estalactita sugiere que una de las causas del fin de la ocupación romana de la Península fue un cambio climático que redujo las lluvias.
Como si de una cápsula del tiempo se tratara, una estalactita de yeso encontrada en una cueva de Almería ha revelado cómo fue variando el clima de esta región a lo largo de 1.500 años: del siglo VIII a.C, cuando comenzó a formarse la estalactita, hasta el siglo VIII d. C aproximadamente, cuando dejó de crecer.
Esa amplia ventana de tiempo comprende el periodo durante el cual la península ibérica estuvo ocupada por los romanos. Y según sugieren los autores de un estudio publicado este miércoles en la revista Scientific Reports, tanto la llegada como la salida de los romanos estuvieron probablemente influenciadas por los cambios en el clima que han quedado registrados en esa estalactita de 63 centímetros que ha permitido estudiar el grado de humedad en esa zona entre los siglos VIII a.C y VIII d.C.
Los romanos ocuparon la península Ibérica en el siglo II a.C, coincidiendo con un cambio climático que dio lugar a un significativo incremento de lluvias en esta región durante varios siglos. “El máximo desarrollo del Imperio Romano se produjo durante este periodo húmedo, probablemente más favorable para el cultivo de cereales, vid y olivo. Posteriormente, entre el siglo I y V d.C, el clima fue haciéndose más seco, hasta que en el siglo V, coincidiendo con el máximo de aridez y probablemente con una baja productividad agrícola, los romanos abandonaron la península Ibérica. Aunque los cambios climáticos no fueron la única causa de la ocupación y abandono de este territorio, nuestro estudio sugiere que el clima pudo tener un papel fundamental”, explica Fernando Gázquez, profesor de la Universidad de Almería y autor principal de esta investigación.
LAS VENTAJAS DEL YESO
Las estalactitas comenzaron a usarse en los años 60 para investigar el clima del pasado. Según destaca Gázquez, el aspecto más novedoso de este trabajo es que por primera vez este registro se ha obtenido a partir de una formación de yeso. Lo habitual es emplear sedimentos de lagos, sedimentos marinos, núcleos de hielo o estalactitas de carbonato cálcico (calcita), que son mucho más comunes que las de yeso en la mayoría de cuevas. Sin embargo, dice el investigador, en las de calcita resulta difícil determinar si las variaciones se deben a cambios de temperatura o en los niveles de humedad mientras que las de yeso sólo registran cambios de humedad.
El yeso, añade, “actúa como una “cápsula del tiempo. Cuando se forma, coge el gua y queda ahí atrapada. Estudiando las características (isótopos estables) de las moléculas de agua atrapadas podemos saber cómo era el agua dentro de la cueva en ese momento y reconstruir el clima del pasado; si estaba más evaporada era un periodo seco; si estaba menos evaporada era un periodo húmedo”.
Cuando se recogió la estalactita de la cueva de Sima Blanca, hace unos 13 años, ésta estaba fracturada. Fue en la Universidad de Québec, en Montreal, donde se estimó su edad mediante dataciones con isótopos de uranio y torio: la parte más cercana al techo de la cueva se formó en el siglo VIII a.C y la punta, en el siglo VIII. Unos años después y utilizando una metodología desarrollada en la Universidad de Cambridge, analizaron los isótopos estables de las moléculas de aguas atrapadas en el yeso. “Diferencias mínimas en el peso de moléculas de agua de yeso formado en distintos periodos nos dan información acerca de la humedad que había en la cueva y en su entorno, y como ésta ha ido cambiando con el tiempo”, explica el investigador.
Al igual que ocurrió con los mayas o los romanos, los científicos creen que los cambios climáticos que tuvieron lugar en el pasado afectaron de mayor o menor modo a la evolución de las distintas civilizaciones que se han sucedido a lo largo de la historia. “Queremos estudiar otras estalactitas de yeso de las que no sabemos aún su edad para intentar reconstruir periodos anteriores y posteriores en otras áreas del mundo donde también hay cuevas de yeso, como México, el sur de Estados Unido, Italia o Australia”, señala el profesor de la Universidad de Almería.
Por otro lado, quieren averiguar si las estalactitas son también una fuente para investigar la contaminación: “Estamos estudiando la concentración de elementos traza como el plomo y el arsénico pues se ha visto que, debido a la extracción de minerales para la industria durante el periodo fenicio y romano, se emitía a la atmósfera plomo que se propagaba a grandes distancias. Se han encontrado restos en zonas como el Ártico o los Alpes y queremos saber si las estalactitas también registraron esos aumentos en la contaminación ambiental por plomo debido a la extracción de mineral, que fue una de las razones por las que los romanos vinieron a la Península. Cuando los romanos llegaban a un territorio, aumentaba la contaminación por plomo“, señala.