¿Un nuevo mundo? Descubren indicios de un continente embrionario en el Índico

Un equipo de científicos franceses y australianos cree que un nuevo continente embrionario podría haber empezado a formarse en la meseta submarina de las Kerguelen, en el océano Índico. La hipótesis puede ayudar a entender mejor cómo ha evolucionado el magma a lo largo de miles de años.

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Desde el punto de vista geológico, es la corteza externa del planeta la que distingue los continentes de los océanos. La capa oceánica de la Tierra es relativamente más delgada y está compuesta principalmente de basaltos que se formaron como resultado del derretimiento del manto subyacente de la Tierra.

La corteza continental es más gruesa y su composición granítica es el resultado del magma que fue evolucionando en lo más profundo de nuestro planeta antes de solidificarse. Dicho magma suele formarse en las zonas de subducción, es decir, donde dos placas tectónicas se deslizan una sobre la otra.

El nuevo estudio publicado en la revista Terra Nova provee evidencias de que los continentes embrionarios podrían formarse también sobre las mesetas oceánicas como las de las islas Kerguelen. Formado por extensos flujos de basalto, el revestimiento de dichas mesetas es anormalmente grueso en comparación con la corteza oceánica normal, sugieren los investigadores, encabezados por el Laboratorio de Geociencias Medioambientales de Tolosa.

Llegaron a esta conclusión tras haber estudiado la geometría y la estructura interna de la sienita —una especie de roca ígnea plutónica— presente en la lava solidificada de las mesetas. Además, los científicos fueron capaces de reconstruir su historia y descubrieron que sus muestras se parecen mucho a las rocas extraídas de un gran número de intrusiones de magma en la corteza continental.

Ahora se preguntan si la intrusión de la sienita podría apuntar a la formación de un nuevo continente. Para responder a este rompecabezas, el equipo está estudiando la composición química de las sienitas. Los resultados de dicha investigación ayudarán a conocer su origen y a entender cómo ha evolucionado el magma a lo largo de miles de años.

Sputnik