Un loro del tamaño de un avestruz vivió hace 19 millones de años

¡Lorozilla! Se trata de Hércules, el loro gigante más grande de la historia, que ha sido hallado en Nueva Zelanda.

Brian Choo; Prof Paul Scofield, Canterbury Museum

Un equipo de paleontólogos neozelandeses ha descubierto en el yacimiento de fósiles de Saint Bathans (Nueva Zelanda), donde convivieron aves y dinosaurios, los fósiles de un nuevo género y especie de loro que vivió hace 16-19 millones de años, según exponen los investigadores en la revista Biology Letters que publica el estudio. Según los investigadores, no cabe duda de que fueron los loros más grandes de la historia.

Imaginemos un loro de 1 metro de altura, aproximadamente lo que mide un niño de 2 años de edad con un pico gigante capaz de romper la mayoría de fuentes de alimento. Esta ave gigante vivió en Nueva Zelanda hace unos 19 millones de años y es el único loro gigante conocido del mundo.

Los paleontólogos describieron recientemente este gigantesco pájaro de un par de huesos de patas fosilizadas encontrados en un sitio rico en fósiles de Nueva Zelanda. Los huesos eran “grandes y robustos”, por lo que podría haber pesado hasta 7 kilogramos, según los expertos.

El loro ha sido bautizado como Heracles inexpectatus: “Heracles” es un guiño al mítico héroe griego, también conocido como “Hércules”. El nombre de la especie “inexpectatus” aborda lo inesperado que fue para los investigadores descubrir este coloso previamente desconocido.

Tierra de gigantes

Nueva Zelanda es conocida por contar con otros tipos de aves gigantes extintas que una vez acecharon sus bosques y praderas y volaron por sus cielos. El masivo moa no volador (Dinornis robustus) medía hasta 2 metros y pesaba hasta 240 kilogramos, mientras que el águila de Haast (Hieraaetus moorei), el águila más grande conocida de todos los tiempos, tenía una envergadura de aproximadamente 3 metros y pesaba hasta 12 kg.

Los científicos descubrieron los huesos de las patas de este loro en 2008. Durante años, buscaron más fósiles del animal, pero la evidencia adicional se mantuvo frustrantemente esquiva, según aclara Trevor Worthy, profesor asociado de la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de Flinders en Australia y autor principal del estudio.

Los huesos eran sólidos y de paredes gruesas, lo que sugiere que Hércules no habría podido volar. Sin embargo, es posible que pudiera trepar a los árboles y deslizarse como el kakapo moderno (Strigops habroptilus), un loro grande que también es nativo de Nueva Zelanda. Los kakapos son actualmente los loros más grandes del mundo, pero Heracles era fácilmente dos veces más grande que sus primos regordetes y no voladores.

Brian Choo; Prof Paul Scofield, Canterbury Museum

Vivía en una selva tropical subtropical donde había abundantes laureles, palmeras, cícadas y árboles de casuarina; todos producen frutos y semillas que este loro habría comido”, dijo Worthy. Es probable que Hércules dominara este nicho en el suelo del bosque, lo que podría explicar por qué la especie evolucionó para ser mucho más grande que otros loros.

¿Qué puso fin al reinado de estos poderosos pájaros? El culpable fue probablemente el cambio climático, exponen los investigadores. Hace alrededor de 12 millones a 13 millones de años, las temperaturas globales se desplomaron. Con el tiempo, los bosques tropicales de Nueva Zelanda se convirtieron en bosques templados, reduciendo en gran medida la cantidad de árboles frutales en toda la isla. La desaparición de la principal fuente de alimentos de Hércules”sería un candidato importante para hacer que esta ave se extiinguiera”, dijo Worthy.

La curadora de investigación del Museo de Canterbury, Vanesa De Pietri, afirma, por su parte, que el depósito fósil revela una fauna muy diversa típica de climas subtropicales con cocodrilos, tortugas, muchos murciélagos y otros mamíferos, y más de 40 especies de aves. “Este era un lugar muy diferente con una fauna muy diferente a la que sobrevivió en los últimos tiempos”.

Eso sí, Hércules probablemente no será el último fósil imprevisto del área de St Bathans. “Sin duda hay muchas más especies inesperadas por descubrir en este depósito tan interesante”, concluyó Worthy.

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