Un laberinto escondido debajo de una iglesia en México es una misteriosa “entrada” al inframundo
July 18, 2023 Misterios , NoticiasEl altar de la iglesia ocultaba la entrada a la red subterránea, que ahora ha sido mapeada a partir de la combinación de tres métodos de escaneo.
Los arqueólogos que trabajan en el sitio de Mitla, en el sur de México, han descubierto un laberinto de cámaras y pasadizos ocultos debajo de una iglesia, que representan una “entrada” al inframundo. Los antiguos zapotecas habrían construido las estructuras hace más de 1.000 años, para utilizarlas como templo religioso. Conocida como Lyobaa, o “lugar de descanso”, la red subterránea está compuesta por varias tumbas, que se encuentran entre unos 5 y 8 metros por debajo de la superficie.
Un equipo de investigadores que lleva adelante el Proyecto Lyobaa, dedicado al escaneo geofísico del sitio arqueológico de Mitla, Oaxaca, en México, ha descubierto evidencias de un sistema de cuevas y pasadizos debajo de una iglesia en esa zona. Estos túneles subterráneos eran considerados por los antiguos zapotecas como una entrada al inframundo o “mundo de los muertos”, denominada precisamente Lyobaa.
El hallazgo se produjo a partir de la colaboración de arqueólogos del Instituto Nacional de Historia y Antropología de México (INAH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Proyecto ARX. Las estructuras halladas bajo tierra fueron edificadas por los antiguos zapotecas hace más de 1.000 años, y habrían sido utilizadas como templo religioso: Lyobaa significa “lugar de descanso”, indicando que el área era entendida como un paso previo al más allá, luego de la muerte física.
Técnicas avanzadas que confirman la historia
Según un artículo publicado en Science Alert, para descubrir el enigmático sitio subterráneo los científicos combinaron tres técnicas de escaneo diferentes: radar de penetración en el suelo, para medir los reflejos de las ondas electromagnéticas, tomografía de resistividad eléctrica, que analiza el progreso de las corrientes eléctricas, y tomografía de ruido sísmico, dedicada a medir el desarrollo de las ondas sísmicas.
Al integrar los datos obtenidos mediante estas tres técnicas, el equipo de investigadores produjo un mapa completo de las estructuras que se encuentran debajo del suelo. En la actualidad, por encima de los túneles existe una iglesia: se trata del templo católico de San Pablo, construido por los conquistadores españoles en el siglo XVI.
Precisamente, el altar de la iglesia ocultaba la entrada a la red subterránea, que se conocía desde hace tiempo. Textos fechados en 1674 pertenecientes al padre dominicano Francisco de Burgoa ya describen un templo subterráneo en el lugar, que incluye cuatro cámaras interconectadas en expansión y múltiples cavernas y callejones en las profundidades del suelo.
Video: trabajos realizados en el marco del estudio geofísico del subsuelo de Mitla, en México, para el desarrollo del Proyecto Lyobaa. En ese sitio arqueológico se descubrió el sistema de cuevas y pasadizos, debajo de una iglesia. / The ARX Project / YouTube.
Una civilización amante de los rituales
Los investigadores colocaron varios conjuntos de electrodos y geófonos alrededor de la iglesia, para crear una imagen en 3D de lo existente debajo del suelo. Ambos métodos permitieron verificar la presencia de un gran vacío ubicado justo debajo del altar mayor, y que se extendía en dirección noroeste y oeste. En tanto, otra anomalía geofísica significativa fue identificada al norte de la iglesia. Al mismo tiempo, la tomografía eléctrica reveló la existencia de dos pasajes orientados de este a oeste, que ingresan al vacío principal desde el este, a una profundidad de entre 5 y 8 metros.
Se cree que el templo zapoteca habría estado activo desde su construcción, aproximadamente sobre el siglo XI de nuestra era, hasta finales del siglo XV, momento en el cual los aztecas y luego los españoles habrían dominado la región. Ahora, las últimas técnicas de imágenes en 3D han revelado al detalle la red subterránea.
Según los científicos, los zapotecas creían firmemente en el inframundo, adoraban a múltiples dioses y enfatizaban los rituales, incluso cuando un integrante de su comunidad fallecía. Esta civilización mesoamericana era un pueblo sedentario, que vivía en asentamientos agrícolas. Sus descendientes se encuentran actualmente en los estados mexicanos de Oaxaca, Guerrero, Puebla y Veracruz.