Un gusano del permafrost ha sobrevivido durante más de 46.000 años

Un gusano microscópico descubierto en el permafrost siberiano (Rusia) ha logrado sobrevivir durante más de 46.000 años, lo que lo convierte en el espécimen resucitado más antiguo de su especie jamás descubierto, según detalla un estudio publicado por la revista PLOS Genética.

Varias especies se encuentran conservadas en el hielo del Permafrost de Siberia. / Instituts für Geographie der Universität Leipzig

La especie recién identificada es una nematodo quien ha sido llamado Panagrolaimus kolymaensis, porque fue encontrado en 2002 en la madriguera de una ardilla fosilizada, cerca del río Kolyma.

Si bien fue revivido por científicos en 2018, su longevidad no se había estudiado hasta ahora: “Aquí presentamos una datación precisa por radiocarbono que indica que los individuos de Panagrolaimus han permanecido en criptobiosis desde finales del Pleistoceno (~46.000 años)”, algo nunca antes visto en otras especies encontradas anteriormente, escribieron los autores.

La capacidad de la criptobiosis

Especies como los nematodos, los tardígrados y los rotíferos Tienen una habilidad especial para sobrevivir en temperaturas tan adversas. En respuesta a procesos de deshidratación o congelación extrema, las lombrices pueden entrar en un estado de letargo llamado “criptobiosis”, en el que reducen su consumo de oxígeno y ralentizan su proceso metabólico.

En concreto, el equipo de científicos observó en su laboratorio que estos gusanos pueden sobrevivir a la deshidratación a -80 grados centígrados y que durante este proceso producían un azúcar llamado trehalosa, que se cree que ayuda a proteger las membranas celulares de la deshidratación. Curiosamente, los gusanos que no se deshidrataron antes de congelarse murieron instantáneamente.

Adaptación a ambientes extremos

El descubrimiento en Siberia de nematodo con la criptobiosis más larga descubierta hasta ahora despierta interés en comprender más sobre cómo vive esta especie: “Nuestros hallazgos son esenciales para comprender los procesos evolutivos, porque los tiempos de generación pueden variar desde días hasta milenios, y porque la supervivencia a largo plazo de los individuos de una especie puede conducir al renacimiento de linajes que de otro modo se habrían extinguido”, dijo Philipp Schiffer, uno de los autores.

“Estudiar la adaptación de las especies a ambientes tan extremos, mediante el análisis de sus genomas, nos permitirá desarrollar mejores estrategias de conservación frente al calentamiento global”, agregó.

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