El científico explicó que la intensidad de la tormenta no tiene relación directa con la potencia de la fulguración, sino que depende de otros muchos factores, tales como el impulso y las configuraciones magnéticas del plasma solar.
“Existen dos factores: el impacto sobre la esfera técnica, que hoy día se logra neutralizar muy bien, y el impacto sobre el estado de la persona, que no depende tanto del efecto magnético cuanto de las características psicosomáticas de la propia persona. Un viaje en metro produce el mismo efecto que una fuerte tempestad magnética”, señaló y preguntó “¿Son muchas las personas que lo notan?”.
El científico recordó que la tempestad magnética puede afectar, en particular, a las aves migratorias que trazan sus rutas guiándose por los campos magnéticos.
Según sus consideraciones, cabe esperar nuevas fulguraciones solares a lo largo de los próximos 7 o 10 días, aunque es imposible predecir si se producirá una más de clase X. La anterior del mismo tipo ocurrió hace alrededor de un año, dijo Kuzin.