Si la física más avanzada necesita un interfaz para explicar llanamente los aspectos más complejos del conocimiento actual, lo ha encontrado tal vez en el físico estadounidense Michio Kaku, que se perfila en el horizonte como todo un pontífice cuántico.
Hay que aclarar que pontífice no tiene ningún significado religioso: literalmente significa constructor de puentes. La iglesia católica lo utiliza para designar a su máxima figura, considerado a su vez el puente entre lo humano y lo divino.
Interfaz ciencia y sociedad
Michio Kaku, en ese sentido, no tiene nada de pontífice, pero tiene por un lado el conocimiento suficiente para hablar con autoridad de algunos temas especialmente espinosos para la ciencia, y por otro lado la habilidad para explicarlo bien. Todo lo necesario para tender puentes entre la ciencia y la sociedad.
Kaku es uno de los físicos más conocidos del mundo, co-creador de la String Field Theory, una rama de la Teoría de Cuerdas basada en la Teoría Cuántica de Campos. Además, es experto en imaginar los futuros que se desprenden de los conocimientos, así como divulgador científico. En 2007 presentó, junto al no menos famoso visionario Ray Kurzweil, el documental de la BBC-TV Visions of the Future, en el que se hablaba del futuro de los ordenadores, de la medicina y de la física cuántica.
Kaku es autor de una decena de libros sobre ciencia de vanguardia que han levantado pasiones entre el público, entre ellos Parallel Worlds, Physics of the Future y The God Equation.
Supremacía cuántica
Ahora ha publicado una nueva obra llamada Supremacía Cuántica en la que asegura que la computación cuántica, que aprovecha el poder y la complejidad del reino atómico, promete ser tan revolucionaria como en el pasado lo fueron el transistor y el microchip.
Esta tecnología abre la posibilidad de crear nuevos medicamentos que salven vidas y reactores de fusión nuclear que generen energía limpia y renovable, asegura.
También podrá interpretar instantáneamente la avalancha de datos que surgen del Gran Colisionador de Hadrones del CERN en Ginebra, así como modelar el ciclo de vida de las estrellas y resolver problemas de física cuyas matemáticas no pueden ser gestionadas por la computación binaria, según Kaku.
Anticipando el cáncer
Asimismo, podrá descifrar los procesos biológicos que generan fertilizantes naturales y baratos, capaces de alimentar a crecientes grupos de población, así como desentrañar el complicado plegamiento de proteínas que se encuentra en el origen de enfermedades hoy incurables como el Alzheimer, la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y el Parkinson.
Lo que puede aportar en el campo de la medicina es especialmente prometedor, ya que los ordenadores cuánticos permitirán a los médicos detectar el brote de una nueva pandemia mucho antes de que los científicos puedan conseguirlo.
Kaku, que ha hablado con numerosos expertos para preparar su libro, anticipa incluso que los ordenadores cuánticos detectarán el cáncer “años o décadas antes de que se formen los tumores”, usando para ello “biopsias líquidas” rutinarias realizadas mediante un “inodoro inteligente” instalado en casa.
IA en hipervelocidad
También esboza el impacto que esta tecnología puede tener sobre la Inteligencia Artificial, que puede situarla en una dimensión de hipervelocidad (tal vez inalcanzable para el control humano), así como sobre la ciberseguridad, ya que romperá todas las formas de cifrado del planeta. Un riesgo que solo podrá superarse con tecnología cuántica.
No hay un solo problema al que se enfrente la humanidad que no pueda ser abordado por la computación cuántica, según Kaku. Su impacto será mucho mayor que el que supuso la llegada de la era digital en la que todavía estamos, añade.
Todo este escenario se basa en la potencia de la computación cuántica, que se diferencia de la computación clásica en que utiliza la mecánica cuántica para el procesamiento de la información.
Superposición de estados
En vez de unos y ceros (bits), la computación cuántica utiliza cúbits, la unidad básica de este sistema computacional: cada cúbit está en una superposición de ceros y unos de manera simultánea, un fenómeno cuántico conocido como superposición de estados, algo imposible en la física clásica, pero que ocurre espontáneamente en el universo cuántico.
Esta capacidad, propia de las partículas elementales, aplicada al procesamiento de la información, es la que permite a los ordenadores cuánticos alcanzar hipotéticamente todos los desarrollos que anuncia Kaku, y todo ello con ahorros exponenciales en los tiempos de procesamiento.
Después de que todo eso ocurra, la revolución digital que hoy conocemos parecerá un ábaco, sentencia Kaku.
Universo cuántico
Explica al respecto que el cero y el uno de la computación binaria es una aproximación burda al universo cuántico, donde reinan las ondas de probabilidad. Eso nos sugiere que el sustrato último de la naturaleza es mecánico-cuántico, dice Kaku, añadiendo que el universo es en cierto sentido un ordenador cuántico que podemos replicar y utilizar a escala humana.
Añade que la computación cuántica no es inminente, ya que tardará entre 10 y 15 años en alcanzar la velocidad de crucero, pero que ya se ha convertido en algo geopolítico debido a las implicaciones transversales que tiene sobre la deriva de las potencias que hoy quieren dominar al mundo, especialmente Estados Unidos y China, que lideran la batalla por la supremacía cuántica que da título a su último libro.
Abrirnos a lo imposible
Kaku concluye con una frase propia de un pontífice de nuestro tiempo: todo lo que sabemos del mundo está equivocado, no sirve para entender y asimilar lo que viene. Por eso solo podemos hablar de todo ello con personas que estén dispuestas a abrir sus mentes a lo imposible.
Ardiente defensor de la Teoría de Cuerdas, Kaku termina su libro señalando que los ordenadores cuánticos pueden ser el paso final para encontrar la Teoría del Todo que pretende describir todas las interacciones fundamentales de la naturaleza.
Y lo razona así: tal vez estemos implicados en múltiples universos paralelos (una propuesta de la Teoría de Cuerdas) y solo un ordenador cuántico podrá demostrarlo.
Incluso va un poco más lejos: en declaraciones a The Spectator, Maku explica: “creo en el Dios de Einstein, en que el universo en cierto sentido no fue un accidente, que no es solo caótico, sino que realmente hay una razón de ser para el universo”. ¿Habla o no como un pontífice?
Referencia
Quantum Supremacy, How The Quantum Computer Revolution Will Change Everything. Michio Kaku, Doubleday, 2023.