Supertormenta solar, única en un siglo, podría hundir al mundo en un “Apocalipsis de Internet”, según estudio

Las líneas de fibra óptica de larga distancia y los cables submarinos que forman parte de la infraestructura global de Internet son particularmente vulnerables.

Una fuerte tormenta solar, que se produce una vez cada 100 años aproximadamente, podría afectar de forma catastrófica a diversas tecnologías humanas en la Tierra y sumir al mundo en un “apocalipsis de Internet”, según un nuevo estudio.

El campo magnético de la Tierra protege a sus habitantes del viento solar -constituido por partículas cargadas procedentes del Sol- desviando el viento eléctrico hacia los polos del planeta y creando pintorescas auroras.

Sin embargo, una vez cada 80-100 años, debido al ciclo de vida natural del Sol, estos vientos se convierten en supertormentas solares que pueden causar cortes catastróficos de Internet que cubran toda la Tierra y duren varios meses, dice el estudio, presentado en SIGCOMM 2021, la conferencia anual del Grupo de Interés Especial en Comunicación de Datos de la ACM.

En la investigación, Sangeetha Abdu Jyothi, de la Universidad de California en Irvine y VMware Research, evaluó la solidez de la actual infraestructura de Internet frente a un evento meteorológico espacial tan extremo.

Descubrió que las líneas de fibra óptica de larga distancia y los cables submarinos, que son una parte vital de la infraestructura mundial de Internet, son vulnerables a las corrientes producidas en la corteza terrestre por las supertormentas solares, también conocidas como eyecciones de masa coronal (CME).

“Una eyección de masa coronal (CME) implica la emisión de materia cargada eléctricamente y el campo magnético que la acompaña hacia el espacio. Cuando choca con la Tierra, interactúa con el campo magnético terrestre y produce corrientes inducidas geomagnéticamente (GIC) en la corteza”, explicó la doctora Jyothi en un tuit.

La corriente de estas tormentas solares puede entrar y dañar los conductores largos, como las líneas eléctricas, señaló el estudio.

“En los actuales cables de Internet de larga distancia, la fibra óptica es inmune al GIC. Pero estos cables también tienen repetidores alimentados eléctricamente a intervalos de ~100 km que son susceptibles de sufrir daños”, añadió Jyothi.

Aunque la probabilidad de que se produzcan estos fenómenos varía entre el 1.6% y el 12% por década, Jyothi afirma que las posibilidades aumentan durante el periodo de máxima actividad del Sol en su ciclo creciente y menguante.

Por suerte, dice Jyothi, los modernos avances tecnológicos han coincidido con un periodo de débil actividad solar.

Sin embargo, dado que se espera que el sol sea más activo en un futuro próximo, afirma que la actual infraestructura de Internet no ha sido sometida a la prueba de los eventos solares fuertes.

“En resumen, no tenemos ni idea de la resistencia de la infraestructura actual de Internet frente a la amenaza de las CME”, señaló en un tuit.

Citando un ejemplo de lo desastrosa que podría ser una CME para los sistemas de comunicaciones en la Tierra, Jyothi precisó que las últimas grandes tormentas solares ocurrieron en 1859 (evento Carrington) y 1921.

Los estudios han documentado los importantes daños causados por estas tormentas solares a la red de comunicaciones de la época: la red telegráfica.

Según el estudio, el ciclo solar actual tiene el potencial de ser uno de los más fuertes de los que se tiene constancia.

En comparación con el ciclo anterior que terminó en 2019, que tuvo un pico de manchas solares de 116, el número de manchas solares en el pico del ciclo actual, dice Jyothi, es “muy alto”, entre 210 y 260.

“Dado que las CME suelen originarse en regiones magnéticamente activas cercanas a las manchas solares, un mayor número de manchas solares aumentará la probabilidad de que se produzca una CME potente. Si esta estimación resulta exacta, también aumentará significativamente la probabilidad de un evento a gran escala en esta década”, escribió en el estudio.

No obstante, el documento detalla que la fuerza real de este ciclo sólo se pondría de manifiesto más adelante en la década, a medida que avanzara el ciclo solar.

La investigación también precisan que el impacto de las supertormentas solares no sería uniforme en todo el mundo.

Afirma que la infraestructura de Internet en las latitudes más altas, por encima del ecuador, se enfrentan a un mayor riesgo, y que Estados Unidos tiene un alto riesgo de quedar desconectado de Europa, mientras que Asia tiene más probabilidades de conservar la conectividad.

“Consideremos, por ejemplo, los cables submarinos de larga distancia más vulnerables. Se concentran en latitudes más altas, sobre todo entre Estados Unidos y Europa”, explicó Jyothi.

El estudio subraya la necesidad de tener en cuenta el riesgo de las tormentas solares a la hora de diseñar y desplegar la infraestructura y las aplicaciones de Internet, y reclama un mejor análisis de la capacidad de recuperación de la red mundial.

“El documento no hace más que arañar la superficie de un problema importante. Hay que hacer mucho para entender el riesgo y reforzar nuestra infraestructura”, confirmó Jyothi.

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