Samhain: La celebración celta que recibía a los espíritus y dio origen al Halloween

El Samhain fue una festividad ancestral que marcaba una transición crucial en el calendario celta. Esta iniciaba la noche del 31 de octubre y se prolongaba por tres días.

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Durante las noches de los primeros días del invierno, la barrera entre lo humano y lo sobrenatural se rompía, los espíritus tomaban los pueblos, entraban a las casas y tenían un lugar en la mesa. El festival celta conocido como Samhain giraba en torno a esta creencia y varias de sus costumbres dieron paso a lo que ahora se conoce como noche de Halloween.

Samhain, el fin del verano y el inicio del invierno

Este festival conmemoraba el final de la temporada de cosecha y el inicio del crudo invierno. Este momento marcaba una transición crucial en el calendario celta y era una de las cuatro festividades importantes del año: Imbolc, que marcaba el equinoccio de primavera; Beltane, celebrado entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano; Lughnasadh, que daba paso al equinoccio de otoño, y Samhain, celebrado entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno.

«El Samhain era quizás el más significativo, ya que se cree que representaba el año nuevo celta. Para los antiguos celtas, el tiempo comenzaba en la oscuridad, y cada día de 24 horas comenzaba al anochecer. Marcando el comienzo de la mitad más oscura del año, el Samhain representaba el final de un año y el comienzo del siguiente», según la World History Encyclopedia.

La festividad tenía profundas connotaciones espirituales. Se creía que durante la noche del 31 de octubre, los límites entre el mundo de los vivos y los espíritus se volvían difusos, permitiendo la comunicación con los difuntos y la aparición de seres sobrenaturales. La celebración involucraba rituales de fuego sagrado, ofrendas de alimentos, y la creencia de que los espíritus de los ancestros visitaban sus hogares.

Disfraces con pieles de animales

Durante esta celebración, que duraba unos tres días, se usaban disfraces y máscaras para lucir como espíritus y evitar ser reconocidos por entidades malignas. El atuendo se limitaba a usar pieles de animales y maquillaje hecho con cenizas, con el fin de lograr una apariencia similar a la de seres sobrenaturales y evitar ataques por parte de ellos.

La influencia de Samhain persiste en la actualidad a través de Halloween, una festividad que ha adoptado muchas de las costumbres y el espíritu de este antiguo festival celta, incluyendo disfraces, calabazas talladas (jack-o’-lanterns) y la noción de que en esta fecha los espíritus vagan entre nosotros.

NG