Rusia se prepara para terminar su participación en la Estación Espacial Internacional

El director de la agencia espacial rusa, Dmitri Rogozin, ha anunciado que presentará propuestas concretas al gobierno de su país para dejar de cooperar con los socios occidentales en el complejo orbital. Las relaciones normales solo volverán cuando se levanten las “sanciones ilegales”, ha advertido el director de Roscosmos.

La Estación Espacial Internacional lleva en el espacio desde 1998. / NASA/ESA

Rusia ha constatado la negativa de Occidente a levantar las sanciones contra empresas de la agencia estatal rusa Roscosmos y anunció el pasado sábado su decisión de retirarse de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), un hecho que pondrá en jaque la existencia de esta plataforma orbital, símbolo de la colaboración internacional en el espacio durante más de dos décadas.

“Presentaremos próximamente a la dirigencia del país las propuestas concretas de Roscosmos respecto a los plazos del cese de la cooperación en el marco de la ISS con las entidades espaciales de EEUU, Canadá, la UE y Japón”, declaró en Telegram el director general de la agencia espacial rusa, Dmitri Rogozin.

Un respuesta insatisfactoria

Hasta el sábado, el Gobierno ruso tenía previsto participar en la ISS hasta el año 2024, con la intención de lanzar después su propia estación, y negociaba la posibilidad de continuar la colaboración hasta 2030.

La respuesta internacional no ha satisfecho a Roscosmos, que ha dejado claro que la cuestión ahora no es si continúa participando o no, sino cuándo se retira del proyecto.

Rogozin, que había presentado a sus colegas un ultimátum para levantar antes del 31 de marzo las sanciones impuestas a Rusia tras la ofensiva militar en Ucrania, comentó las respuestas las agencias espaciales de EEUU, Canadá y la UE.

La respuesta internacional no ha satisfecho a Roscosmos, que ha dejado claro que la cuestión ahora no es si continúa participando o no en la Estación Espacial Internacional, sino cuándo se retira del proyecto

“La NASA continuará interactuando con las correspondientes entidades federales y agencias de EEUU con el objetivo de mantener la cooperación en el marco de la ISS y su explotación, incluyendo cualquier cooperación necesaria del programa de la ISS con el apoyo de las empresas sancionadas”, explicó el directivo ruso.

Para Rogozin, la respuesta de Canadá era “un calco” de la estadounidense, y afirmó que el jefe de la Agencia Espacial Europea, Josef Aschbacher, “asumió el papel de cartero, al confirmar que no toma este tipo de decisiones y por ello redirigirá mi carta a los países miembros de la UE”.

“O sea, nos proponen esperar a que la burocracia los 28 países accedan a leer la carta de Roscosmos”, subrayó el directivo de la agencia espacial rusa.

“Para ese momento, o el burro estira la pata, o la ISS se muere por causas naturales”, lamentó, asegurando que la posición de las entidades occidentales es clara: “No retirarán las sanciones”.

Entrenamiento de astronautas en la Ciudad de las Estrellas de Moscú. / EFE/EPA/SHAMIL ZHUMATOV / POOL/Archivo

Rusia ha alertado reiteradamente que la estación, puesta en órbita en 1998 y diseñada para funcionar durante 15 años, requeriría ahora de una enorme inyección de dinero para su reparación, con el fin de evitar que se desintegre “en pedazos” antes de 2030.

Participación esencial de Rusia

Pero más allá de este hecho, que supondría un enorme gasto de recursos para Moscú, la participación de Rusia en este proyecto es tan significativa que su retirada podría implicar de facto una sentencia de muerte para la Estación Espacial Internacional.

La propia NASA ha reconocido que cualquier intento de separar el segmento estadounidense del ruso “supondría importantes desafíos logísticos y de seguridad dada la multitud de conexiones externas e internas, la necesidad de controlar la inclinación y la altitud de la nave espacial y la interdependencia del software”.

Las correcciones de órbita de la plataforma orbital y todas las propulsiones se hacen con los motores del módulo de servicio Zvezda del segmento ruso o con las naves de carga Progress.

Rogozin sostiene que es imposible controlar la ISS sin la participación de Rusia, ya que es el país responsable de la orientación de la estación y la previsión de colisiones peligrosas, además del suministro del combustible y cargamento.

Las correcciones de órbita de la plataforma orbital y todas las propulsiones se hacen con los motores del módulo de servicio Zvezda del segmento ruso o con las naves de carga Progress.

El fin de la cooperación significará, señaló Rogozin, un grave riesgo de que una salida descontrolada de la estación de su órbita, y una posible caída sobre el territorio de EEUU, Europa u otros países.

“Existe la posibilidad de que esta estructura de 500 toneladas caiga sobre la India y China. ¿Queréis amenazarlas con esa perspectiva? La ISS no vuela sobre Rusia, por eso todos los riesgos son vuestros. ¿Estáis preparados para ello?”, advirtió.

Sanciones a medias

Conscientes de la importancia del papel de Rusia en la subsistencia y seguridad de la estación, “los socios occidentales insinúan que en realidad las sanciones respecto a los trabajos vinculados a la ISS no se aplicarán”, afirmó el jefe de Roscosmos, al comentar las respuestas de las agencias espaciales de EEUU, Canadá y la UE.

“Considero esta situación inadmisible. Las sanciones de EEUU, Canadá, la UE y Japón están dirigidas a bloquear el financiamiento económico y financiero, y las actividades productivas de nuestras empresas de altas tecnologías”, afirmó categórico.

El objetivo de las sanciones, denunció, es “destruir la economía de Rusia, someter a nuestro pueblo al desespero y el hambre, poner a nuestro país de rodillas”.

“Está claro que no lo van a lograr, pero las intenciones son evidentes. Por ello considero que el restablecimiento de las relaciones normales entre los socios respecto a la ISS y otros proyectos conjuntos solo será posible tras el levantamiento total e incuestionable de las sanciones ilegales”, alertó.

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