Recuperan ADN humano de un colgante que tiene 20.000 años de antigüedad

Un nuevo método permite identificar la procedencia del ADN en objetos de piedra o de hueso utilizados durante la Edad de Piedra. Los hallazgos podrían ayudar a comprender mejor cómo vivían los primeros humanos.

El colgante, hecho con los dientes de un ciervo, tiene entre 19.000 y 25.000 años de antigüedad.

Unos científicos extrajeron el ADN humano de un antiguo colgante de hueso, lo que les ha permitido echar un vistazo al pasado y conocer un poco más sobre su propietario, según se revela este miércoles (04.05.2023) en un estudio publicado por la revista Nature.

El colgante, fabricado hace entre 19.000 y 25.000 años con los dientes de un ciervo, se halló en la cueva rusa de Denisova, un yacimiento que desde hace tiempo atrae la atención de los investigadores que buscan fragmentos óseos y otros objetos humanos de la Edad de Piedra.

Estos artefactos contienen información importante sobre el modo de vida, la cultura y la organización de los primeros humanos, pero hasta ahora era casi imposible rastrear el código genético y atribuirlo a una persona.

Un nuevo método para hallar ADN

El equipo, dirigido por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania, utilizó un nuevo método para recuperar el ADN atrapado en los poros del colgante de hueso, y luego analizó el material genético en busca de pistas sobre su presunto dueño.

La técnica recién desarrollada consiste en sumergir los objetos no contaminados -que no fueron tocados por el hombre moderno- en una solución de fosfato sódico y aumentar gradualmente la temperatura para liberar el ADN, sin dañar el antiguo artefacto.

Durante el análisis, el artefacto no puede ser contaminado con las huellas de los humanos modernos.

Este método permitirá obtener información inédita de varias piezas de piedra y restos óseos, y servirá para determinar quién las fabricó, utilizó o llevó: “La cantidad de ADN humano que recuperamos del colgante fue extraordinaria. Casi como si hubiéramos tomado una muestra de un diente humano”, destaca la autora principal, Elena Essel.

Una mujer emparentada con individuos de Siberia

El ADN sugiere que la portadora del objeto era una mujer que estaba estrechamente emparentada genéticamente con antiguos individuos contemporáneos de Siberia, más al este, los llamados “antiguos euroasiáticos del norte”, cuyos restos óseos se habían analizado anteriormente.

La nueva fórmula para recuperar el código genético de los primeros humanos “redefine el modo de vincular los registros culturales y genéticos en la arqueología prehistórica”, según los autores.

“A los forenses no les sorprenderá que se pueda aislar ADN humano de un objeto que se ha manipulado mucho, pero es asombroso que siga siendo posible 20.000 años después”, concluye el coautor del estudio, Matías Meyer.

DW