Qué son los chemtrails, la teoría conspiranoica en la que cree Raquel Martínez

La teoría de que nos intoxican, esterilizan o controlan lanzando productos químicos desde los aviones ha sido refutada por la comunidad científica.

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La periodista Raquel Martínez, presentadora en el Canal 24 Horas, ha sido este lunes duramente criticada en las redes sociales tras la publicación de un tuit en el que aseguraba haber visto en el cielo un «chemtrail» («chemical trail» o estela química), una idea conspiranoica que defiende que algunos aviones van cargados con productos químicos con el objetivo de intoxicar, esterilizar o controlar de alguna forma a la población. El mensaje de Martínez es realmente sorprendente, ya que esta teoría no tiene ningún fundamento y ha sido refutada por la comunidad científica hace años.

En 2016, un estudio revisado por expertos publicado en la revista «Environmental Research Letters» desacreditaba las afirmaciones de los partidarios de los «chemtrails» después de comprobar cómo algunas personas creían inocentemente en ellos y, especialmente, cómo la teoría se había popularizado en internet. Algunos sitios webs describen las estelas de condensación dejadas por los aviones, provocadas por el vapor de agua que es condensado y se congela, como «chemtrails» que persisten en la atmósfera y contienen sustancias químicas dañinas como el estroncio, el bario y el aluminio.

Sin pruebas de fumigación

El estudio, en el que participaban 77 científicos, expertos en química atmosférica y en contaminantes del aire, concluía que ninguna de las fotografías de estelas observadas podía tomarse como una prueba de fumigación. En el caso de una imagen donde se veía una estela rota, tomada en internet por una pulverziación fallida, todos los científicos dijeron que había explicaciones razonables, como que el avión había pasado por un área de aire más seco, lo que haría que esa parte de la estela se disipara más rápidamente.

En cuanto a los análisis de laboratorio, la mayor parte de los científicos también descartaron un programa de fumigación y afirmaron que los niveles de químicos eran normales. Solo dos de ellos tuvieran dudas. Además, con una sola excepción, los científicos negaron haber tenido pruebas en su vida de un programa secreto de pulverización a gran escala.

El informe no pretendía convencer a los conspiranoicos -los autores tenían claro que hay cierta mezcla de cabezonería e ignorancia contra la que es imposible luchar- sino ayudar a la gente a que tenga información científica precisa y de fácil acceso y no caiga en ese tipo de pensamientos irracionales.

ABC