¿Qué son las hebras blancas de los plátanos que solemos tirar?

Desempeñan un papel similar al de nuestros vasos sanguíneos.

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Todos conocemos las hebras de color blanquecino que tienen los plátanos cuando están maduros y que habitualmente desechamos a pesar de su valor nutritivo. Pues bien, son floemas, el equivalente a nuestros vasos sanguíneos.

Las plantas se pueden clasificar en plantas no vasculares, aquellas que carecen de tubos internos o vasos que conducen el agua y los minerales, y plantas vasculares –también llamadas cormofitas o traqueofitas- dotadas de raíces, tallos y hojas, así como de un sistema de vasos conductores.

La mayor parte de las plantas no vasculares se encuentran ubicadas en lugares húmedos o sumergidas, ya que este tipo de ambiente les permite absorber el agua a través de la superficie de sus tejidos. Dentro de este grupo podemos encontrar muchos tipos de algas y las plantas briofitas, formadas a su vez por carofitas, hepáticas y musgos.

Las plantas no vasculares fueron las primeras en evolucionar, son de crecimiento lento, se reproducen por esporas y son las encargadas de regular la humedad ambiental. A pesar del predominio de las plantas vasculares, a día de hoy todavía hay más de 17.000 especies de briofitas en la Tierra. Su cuerpo se conoce como talo y tiene unas extensiones conocidas como rizoides que ayudan al anclaje de la planta al suelo.

La sacarosa, el azúcar de las plantas

Las plantas vasculares más antiguas, se estima que aparecieron hace unos 450 millones de años y están dotadas de un importante sistema vascular con una ruta eficiente que garantiza la comunicación entre los diferentes órganos de la planta.

El sistema vascular está formado por dos tipos de tejidos: xilema y floema. El xilema o leño es el tejido conductor responsable de transportar el agua y las sales inorgánicas desde las raíces más profundas hasta las hojas más altas. Su estructura rígida aporta el soporte mecánico necesario para permitir que la planta crezca en altura sin marchitarse ni caer.

Una vez que las células fotosintéticas han fabricado moléculas orgánicas, fundamentalmente, glucosa y fructosa, las moléculas se agrupan para formar sacarosa, que es el hidrato de carbono preferido de estas plantas.

La sacarosa es transportada por el floema y representa -con la excepción del agua- el 90% de las sustancias presentes en la savia elaborada, una singularidad que explica que exista una presión osmótica que permita que el hidrato de carbono pueda avanzar por el conducto.

Floema y estrés hídrico

Las plantas vasculares más antiguas son los helechos, que carecen de flores, semillas y frutos, tan solo tienen hojas o frondas, las cuales tienen un crecimiento especial conocido como prefoliación circinada. Los tallos de estas plantas son rizomas postrados que se desarrollan sobre las superficies donde crecen, y a partir de los cuales emergen las frondas.

Los científicos utilizan el floema de las plantas vasculares para estudiar la respuesta de ciertas plantas al estrés y a las condiciones ambientales desfavorables. Así, por ejemplo, se ha observado que en época de sequía los guisantes acumulan osmolitos y osmoprotectores, en los brotes para proteger a los tejidos más jóvenes. Es más, los investigadores han podido observar que la disminución del contenido de ácido oleico es un marcador temprano de respuesta a la sequía en este tipo de leguminosas.

ABC