¿Qué formas de vida podrían habitar en los planetas de nuestro sistema solar?

En un artículo para Sputnik, la divulgadora científica Tatyana Pichúgina abordó las formas de vida que podrían subsistir en los distintos planetas de nuestro sistema solar. Las condiciones ambientales de Venus, Marte y Encélado son extremas, pero no del todo incompatibles con la vida.

CC0 / Pixabay

La atmósfera de Venus

La superficie de Venus es inhabitable, ya que se limita a un desierto completamente vacío e infértil. Es probable que en algún momento de la historia allí hubiera océanos líquidos y una biosfera, pero debido al efecto invernadero se convirtió en el desierto que es hoy en día.

La superficie de Venus es inhabitable, ya que se limita a un desierto completamente vacío e infértil. Es probable que en algún momento de la historia allí hubiera océanos líquidos y una biosfera, pero debido al efecto invernadero se convirtió en el desierto que es hoy en día.

No obstante, en un plano teórico la vida es posible en la atmósfera de este planeta, concretamente a una altura de entre 51 y 65 kilómetros. Los científicos británicos han determinado que la temperatura en este estrato de la atmósfera de Venus oscila entre los 20 grados bajo cero y los 65 grados positivos. Además, la atmósfera de Venus está formada por vapores de agua saturados de aerosoles de ácido sulfúrico.

Ello significa que extremófilos —organismos que viven en condiciones extremas— como la arquea Picrophilus pueden sobrevivir en la atmósfera de Venus. Estas bacterias habitan en los lugares más extremos de nuestro planeta como las aguas termales o los depósitos de agua sin oxígeno y se alimentan de sulfuro.

Otro problema notable para la vida en Venus es el nivel de radiación que existe en este planeta. Debido al hecho de que Venus orbita mucho más cerca del Sol, tiene un campo magnético más débil que la Tierra y los niveles de radioactividad son extremadamente altos.

Sin embargo, esto no sería un problema para bacterias como el Mesophilic Deinococcus radiodurans, que pueden sobrevivir a una exposición radioactiva de diez Gray por kilo.

El océano subterráneo de Marte

Según la autora, muchos científicos coinciden en la opinión de que hace unos 3.000 o 4.000 millones de años la Tierra y Marte eran muy similares y ambos planetas tenían agua. De hecho, hay evidencias en la superficie del planeta rojo que apuntan a la existencia de agua en algún momento de la historia del planeta. Una gran porción de esta agua aún sigue en Marte en forma de hielo, aunque podría haber más reservas de hielo subterráneas.

A diferencia de la Tierra, el clima de Marte era frío, pero los científicos de la NASA creen que podría haber sido la cuna de la vida que posteriormente llegaría a nuestro planeta. Los expertos llegaron a esta conclusión por el descubrimiento de unos depósitos similares a los que se forman en los géiseres. Ello concuerda con la hipótesis de panspermia, según la cual la vida en la Tierra surgió gracias a cometas que impactaron contra su superficie y que trajeron consigo organismos vivos.

El grado de inclinación de Marte era diferente al de la Tierra, razón por la cual nuestro planeta era más cálido y más adecuado para albergar distintas formas de vida. Según algunas estimaciones, en aquellos tiempos la Tierra recibía el doble de calor.

Además, en este caso las sequías no implicaban necesariamente el final de la vida. Existen organismos que pueden extraer la humedad de la atmósfera o del suelo y subsistir durante largos periodos de tiempo.

Sputnik