Presentan la primera casa impresa en 3D en apenas 48 horas

El nuevo diseño, propuesto por una compañía de la República Checa, reduce drásticamente el tiempo y costes de fabricación.

La evolución de la impresión 3D se está acelerando rápidamente, encontrando aplicación en varios campos como el de la construcción. La impresión 3D de estructuras de viviendas ya existe desde hace muchos años y se realiza mediante grandes brazos robóticos pero el nuevo diseño de Prvok od Burinky representa una innovación conceptual que podría tener un gran impacto en el medio ambiente.

Esta casa impresa en apenas 48 horas demuestra la velocidad y efectividad de una técnica de construcción que afirma ser siete veces más rápida y costar la mitad de lo que cuesta construir una casa de ladrillos.

Con tres habitaciones y un área habitable de 43 metros cuadrados, la casa Prvok od Burinky se construirá capa por capa utilizando un brazo robot reutilizado de la industria automotriz. Este brazo depositará un concreto con una fórmula especial, hecha de fibras de nano-polipropileno, plastificantes y aceleradores de fraguado mezclados, a una velocidad de 15 cm por segundo. Las paredes se imprimirán con capas internas y externas, y el centro se rellenará con material aislante. La estructura se puede imprimir en 24-48 horas (este concreto tendrá la dureza estándar de los cimientos de la casa) y tarda unos 28 días en solidificarse por completo, hasta el punto en que sea tan fuerte como un puente.

Sus características autosuficientes y ecológicas incluyen un techo verde, una ducha de recirculación y depósitos para beber, servicios públicos y alcantarillado. Como dato asombroso, se espera que la casa flotante impresa en 3D tenga una vida útil de al menos 100 años, sin importar el medio ambiente. Cuando caduca, el material de construcción puede ser aplastado y reimpreso; es decir, reciclado.

El diseño constará de tres habitaciones: una sala de estar con cocina, un dormitorio y un baño. La casa también está diseñada para ser parcialmente autosuficiente y es adecuada para viviendas durante todo el año. Según afirma la compañía, la carcasa impresa de la casa es tres veces más resistente que el hormigón tradicional.

Sus paredes asimétricas en capas dan una idea de cómo podría ser una futura estética del hogar impreso en 3D: con forma libre, sin la necesidad de ángulos rectos o líneas rectas. Casi como una cueva en un videojuego de 16 bits.

Las aplicaciones son ilimitadas, desde el hogar privado hasta el uso comercial o turístico. Una idea es hacer casas en muelles flotantes para aumentar el área de construcción en ciudades como Belgrado, Hamburgo y ciudades canadienses. El proceso y el diseño asimétrico reducirán las emisiones de dióxido de carbono en un 20% en comparación con la construcción de ladrillo equivalente. Además, utilizará menos material contaminante en la construcción y producirá menos residuos durante la demolición.

“En comparación con los edificios de ladrillo convencionales, la impresión 3D también genera hasta un 20% menos de emisiones de CO2, que la Unión Europea pretende reducir en un 30% para 2030 (en comparación con 2005)”, agregó Libor Vosicky, CEO de Burinka. “Solo se necesitan unos 25 trabajadores para imprimir una casa (cuarenta menos de lo habitual). Los precios en la producción en serie pueden alcanzar la mitad del costo de una casa convencional. La autosuficiencia ofrece mayores ahorros en los costos operativos“.

La construcción de casas impresas en 3D lleva intentando despegar desde hace varios años, pero todavía está en una etapa embrionaria. Además de la rapidez con que permite la construcción de estructuras, en última instancia, también debe ser súper flexible en términos de planos de planta personalizados y diseños exteriores, siempre y cuando no importe el aspecto en capas. Así que veremos cómo avanza esta apuesta tan interesante.

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