¿Por qué acostumbramos a cruzar los dedos para desear buena suerte?

Es un hábito de siglos de antigüedad. Las personas cruzan los dedos para desear buena suerte, ya sea para otros o para el bienestar propio. Pero no es común en todas las culturas, por lo que hay que hacerlo con cuidado.

En Vietnam, por ejemplo, se considera un gesto obsceno pues la forma puede asemejarse a los genitales femeninos. La falta de respeto es más grande si se hace mientras se mira o se habla directamente con una persona. Es similar al significado que en occidente tiene levantar el dedo medio. Sin embargo, es un caso aislado.

Se usa para desear suerte en diferentes países y su popularidad es muy amplia. Tanto, que cuenta con su propio emoticón.

¿Por qué cruzamos los dedos?

En sus inicios, era necesaria la presencia de dos personas. Era una acción pagana. La creencia era que el deseo quedaría guardado en el enlace entre los dos dedos hasta que finalmente se cumpliera.

El cristianismo también está involucrado en el nacimiento de este hábito. La libertad de culto no siempre fue protegida en el imperio romano. Y los cristianos fueron perseguidos antes del año 313. Cuando las cosas se complicaban, los fieles cruzaban los dedos para recibir el poder de la crucifixión de Jesucristo.

También realizaban el cruce de dedos con otros a modo de saludo secreto. La unión entre ambos dedos simbolizaba un pez, o el símbolo de ichtus. Además, para algunos representaba el acrónimo de una frase griega que se traducía a “Jesucristo, hijo de Dios, salvador”.

Más allá de la suerte

Igual que en la antigüedad, el gesto hoy también cuenta con variados significados de acuerdo con la situación en la que sean usados. Los cristianos de la antigüedad -que eran perseguidos por practicar su fe- son un ejemplo de ello.

En muchas ocasiones debían mentir para protegerse. Al hacerlo, cruzaban sus dedos para evadir la sensación de culpa y ser perdonados. Esa costumbre ha sobrevivido el paso de las generaciones y se mantiene en la actualidad. Por lo general, cuando se dice una mentira importante o cuando se realiza una promesa que puede no cumplirse.

Y en cuanto a la ciencia…

El Instituto de Neurociencia Cognitiva de la University College London realizó un estudio que reveló que el simple hecho de cruzar los dedos tiene un poder que va más allá de lo mítico.

Tiene la capacidad de calmar algunos dolores en los dedos. Su efecto es tal que incluso puede hacer que casi desaparezcan. Esto se debe a que al cruzar los dedos, el cerebro puede recibir señales ambiguas. Como consecuencia, llega a confundir la forma de procesar la sensación de frío, de calor o de dolor.

Esa es la razón de que, luego de sufrir accidentes como martillazos, esta unión de dos dedos cause alivio. Incluso es capaz de eliminar por completo el dolor que generan golpes de ese estilo.

Grandes Medios