Pioneros rusos descubren nuevas tierras en un lugar remoto del planeta
October 19, 2019 El Mundo , NoticiasCinco nuevas islas, hasta entonces desconocidas, han sido descubiertas por la Flota del Norte de Rusia durante una expedición por el archipiélago Tierra de Francisco José. Durante el viaje, los pioneros del siglo XXI recorrieron casi 7.300 km y realizaron 25 desembarcos en los lugares más remotos de nuestro planeta.
Sputnik ha conversado con el jefe del servicio hidrográfico de la Flota del Norte de Rusia, capitán del primer rango Alexéi Kornis, para saber cuándo los nuevos descubrimientos serán bautizados y qué es el correo de botella.
La ruta de la expedición
“Esta ruta fue desarrollada por Serguéi Churkin, de la Sociedad Geográfica Rusa, a partir de las rutas de los pioneros Julius von Payer, Frederick Jackson y algunos otros. Han pasado más de 100 años desde que comenzó el estudio de la Tierra de Francisco José y hoy en día es difícil encontrar algo nuevo allí, ya que muchos territorios han sido descubiertos por expediciones anteriores”, explicó Kornis.
No obstante, cinco islas fueron encontradas en la bahía de Wiese en Nueva Zembla, dos de ellas muy pequeñas, de 30 metros de largo. De momento, cuesta valorar su importancia. Estas islas se han formado del material de un glaciar que ha desaparecido. Un glaciólogo de la expedición sugirió que podrían colapsar en 10 años, pero a Kornis esta hipótesis le parece poco probable, ya que la bahía está bien cubierta.
De acuerdo con el científico, lo ideal sería que alguien se encargara de observar cómo se forman y cómo permanecen estas islas, “porque de estos estudios se pueden sacar conclusiones sobre cómo nace la vida en la Tierra”.
Estas islas surgieron recientemente, en 2014, cuando un glaciar desapareció. Primero, allí aparecieron algas, en algunas zonas comenzó a formarse una capa de humus, aparecen pájaros, están creciendo plantas e incluso hay restos de una foca asesinada por un oso. La vida allí imita el proceso de la vida natural.
Mensajes en botellas
“En esta expedición decidimos no solo izar la bandera de Rusia y dejar un mensaje a las futuras generaciones, esto ya lo hemos hecho antes. Esta vez decidimos que si se lee dentro de 50 años, una nota no será suficiente, las fotos contarán más sobre la época. Así que tomamos fotos durante los desembarcos, las copiamos en disco, […] y también puse mi tarjeta de visita allí”, explicó Kornis.
Además, explicó: “eso es lo que hacía Frederick Jackson cuando caminaba por las tierras inexploradas del archipiélago. Ponía un frasco o una botella con una nota, así como su tarjeta de visita y un centavo inglés adentro de pequeñas colinas hechas de piedras. Nosotros también escribíamos un texto parecido y lo firmábamos. Yo, sin embargo, siempre olvidaba poner el rublo ruso”, confesó el investigador.
El equipo de científicos también llevó a cabo otro experimento histórico: el correo de botella. Ponían una nota dentro de las botellas de champán, las sellaban y las arrojaban en diferentes lugares del mar.
“Por supuesto, este tipo de correo es más bien un tributo a las formas en las que antes se estudiaban las corrientes en el océano”, destacó Kornis, quien señaló que ahora es algo más simbólico cuando a los miembros del equipo les dan la oportunidad de firmar su nombre y echar la botella al agua.
Otro pequeño experimento estaba relacionado con los llamados depósitos. Todos los pioneros hacían depósitos de comida o ropa para ellos mismos o para expediciones posteriores, varios de ellos en la Tierra de Francisco José.
Se sabe que la expedición de 1913 dejó unos depósitos de alimentos en la península de Taimir y hasta la década de 1970 permanecieron intactos. Fueron encontrados por casualidad y enviados al Instituto de Industria Alimentaria, donde reconocieron que se habían preservado sus propiedades nutricionales.
La expedición de Kornis decidió dejar la comida enlatada al descubierto y, si los osos no la destrozan, dentro de 50 años será posible ver si todavía se puede comer.
Ataque de una morsa
La expedición sufrió un ataque violento de una morsa que amenazó sus vidas. Sus miembros estaban en un bote de goma con un motor cuando sintieron un fuerte golpe. Al principio, no pensaban que se habían topado con una morsa, pero cuando se dieron cuenta se preocuparon primero por el animal.
La morsa subió a la superficie y con dos golpes perforó el estribor y el aire comenzó a salir rápidamente. Todo el mundo estaba pasmado, nadie lo esperaba y en los primeros segundos no pudieron arrancar el motor.
“Por las historias de [los pioneros del Ártico] sabía que no hay animal más aterrador en el Ártico que una morsa. Instintivamente, agarré un aparato especial para medir profundidades, se lo arrojé a la morsa y luego traté de mantener al depredador a distancia, pero el animal estaba buscando oportunidades para infligir otro golpe. Por cierto, no vi ninguna cría por allí, lo que podría explicar esta agresividad”, comentó Kornis.
Toda esta situación duró alrededor de un minuto, luego lograron arrancar el motor y llegar a salvo a la costa. “Había una amenaza real para nuestras vidas, aunque lo entendimos solo más tarde. Por cierto, este es el tercer caso similar en el territorio del parque nacional en lo que va del año. Es evidente que es imposible predecir el comportamiento de un animal salvaje”, agregó.
Cómo se bautizan los territorios descubiertos
Los investigadores querían nombrar las nuevas tierras en honor a los hidrógrafos del norte de Rusia, los veteranos de la Gran Guerra Patria —el frente de Europa oriental en la Segunda Guerra Mundial—, miembros de la expedición hidrográfica del norte que hicieron una gran contribución al estudio de Nueva Zembla, entre otros. No obstante, el proceso no resultó fácil.
“Vladímir Putin, presidente de la Federación de Rusia, dice que es necesario bautizar los objetos geográficos en honor a los rusos que los descubrieron. Es que ya ha ocurrido más de una vez, cuando nuestros compatriotas descubrieron, por ejemplo, algunas islas en el océano Pacífico, pero en los mapas aparecieron nombres en inglés”, explicó el hidrógrafo.
Sobre lo que se conoce y lo que aún se desconoce
Pese a varias expediciones a la zona, hay muchas cosas por descubrir. “Un hombre a menudo piensa que ya lo sabe todo, pero tan pronto como da un paso en dirección al nuevo conocimiento, aunque no siempre lo entienda, da un paso hacia un nuevo camino. Sin dar un paso, es imposible encontrar un nuevo camino”, señaló Kornis.
“Estoy seguro de que cada paso que damos no solo cambia a nosotros mismos, sino también a la sociedad. Nuestra expedición ayudó a cubrir muchas manchas blancas y ahora los que nos siguen pueden avanzar con más valentía. En cualquier caso, quiero creer que nuestros pasos no han sido en vano, sino que nos hemos adelantado. Es genial y me gusta”, concluyó.