Peces robóticos comedores de microplásticos podrían limpiar los océanos de estos peligrosos contaminantes

Los microplásticos son actualmente uno de los contaminantes ambientales más preocupantes.

Un robot con forma de pez puede recolectar microplásticos mientras nada. / Nano Letters.

Debido a la producción masiva de plástico desde hace años, nuestro entorno se ha saturado por completo; se estima que al año se producen más de 400 millones de toneladas de este material a nivel mundial, del cual, solo alrededor del 9% de estos desechos se reciclan, mientras que la mayor parte termina en vertederos o esparcida en el medio ambiente.

Estos se disgregan en micropartículas que se convierten en contaminantes del agua y aire, pero esta situación no se termina aquí, una vez que los microplásticos invaden estos sitios son capaces de pasar a los organismos vivos, especialmente a la fauna marina, dañándola y perjudicando los ecosistemas para, finalmente, ser ingeridas por los seres humanos. Actualmente se han encontrado estas partículas dañinas en lugares inesperados, como en la placenta y sangre humana.

Ante esto, crear medidas para remediar y subsanar esta situación resulta urgente, la ciencia ha estado trabajando en ello, y ahora investigadores del Instituto de Investigación de Polímeros de la Universidad de Sichuan, en China, han creado una innovadora solución que podría reducir la cantidad de microplásticos de los mares o ríos. El reporte de esto se publicó recientemente en la revista Nano Letters y te contamos todos los detalles a continuación.

Se trata del prototipo de pequeños robots en forma de pez que tienen la capacidad de absorber microplásticos a través de su cuerpo suave y flexible mientras navegan por el agua. Miden solo 1.3 centímetros de largo y están adaptados para nadar a una velocidad de 30 milímetros por segundo. El robot es autopropulsado, se guía por un sistema láser de luz infrarroja que tiene en su cola y esto le permite nadar en todas direcciones.

Describen los autores del estudio que el material de su cuerpo se creó inspirado en el nácar, una sustancia que se produce de forma natural en las conchas de algunos moluscos. De esta manera, el dispositivo está creado por elastómero con nanoestructuras de gradiente basadas en grafeno sulfonado, lo que los dota de flexibilidad, estabilidad y fuerza, indicando que el robot es capaz de tirar hasta 5 kg de peso, sin importar su diminuto tamaño.

Además, las propiedades del material del que están hechos les permite tener la increíble función de absorber microplásticos que flotan sobre el agua de manera estable. Esto se debe a que la composición de estas micropartículas contaminantes puede interaccionar de manera compatible con la propia estructura química del cuerpo de los robots, atrayendo así a los microplásticos para posteriormente absorberlos y recolectarlos.

Por si esto fuera poco, el nanocompuesto también tiene una capacidad alta de autoreparación, de esta manera, si durante su expedición sufre algún tipo de daño, este puede curarse a sí mismo y recuperar su funcionalidad. Por ahora, los investigadores solo han comprobado las habilidades de estos robots en aguas superficiales, pero se espera que pronto se desarrollen más innovaciones para alcanzar sitios más desafiantes, como las profundidades del mar.

Nano Letters.

Dijo Wang Yuyan, uno de los autores principales del estudio, en un comunicado «que el equipo estaba trabajando en nuevos materiales que podrían funcionar bajo el agua y detectar contaminantes microplásticos en tiempo real, y espera que algún día tal vez ayuden a detener la contaminación».

Finalmente, además de esto, también se pretende que el diseño de estos robots permita analizar más a fondo estas partículas contaminantes. «Para aclarar aún más el peligro de los contaminantes compuestos de microplásticos, creemos que es de gran importancia desarrollar un robot de micromuestreo para recolectar con precisión estos contaminantes compuestos de microplásticos dañinos en el medio ambiente acuático».

Es cierto que esto no resolvería el problema de raíz, y se tendría que realizar mucha más investigación para determinar cómo podría interferir en los ecosistemas marinos el uso de estos robots, pero al menos ofrece una esperanza que podría aplicarse ante un grave problema.

El estudio completo lo puedes consultar en: Nano Letters

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