¿Para qué fue creada el Área 51, qué hacen allí y por qué tanto secretismo?
September 6, 2021 Misterios , NoticiasDurante años, el Área 51 ha sido una fuente permanente de diversas e interesantes teorías conspirativas. Sin embargo, lo que en realidad ha sucedido en ese sitio puede ser aún más llamativo.
Precisamente esa confidencialidad que se mantiene en esa base militar situada en medio del desierto estadounidense es, con seguridad, lo que más nutre su misteriosa leyenda.
Los asiduos observadores del Área 51 comentan que los mitos alienígenas tejidos a partir de esta zona han servido a las agencias de inteligencia y a los militares como elementos de distracción sobre lo que en realidad ocurre en la instalación, informa la BBC.
¿Con qué finalidad fue creada el Área 51, qué misiones se realizan allí y por qué la experimentación que desarrolla genera todo tipo de especulaciones?
CAMPO SECRETO DE ENTRENAMIENTO MILITAR
Estados Unidos determinó la creación del Área 51 al mismo tiempo que se desarrollaba la Guerra Fría, cuando se enfrentaba a la Unión Soviética por razones básicamente ideológicas y políticas, pero con la expectativa siempre de un golpe militar.
Ante esta posibilidad, el país norteamericano necesitaba un sitio apartado y seguro para ensayar el armamento con el que combatirían a los rusos, por lo que el entonces presidente Dwight D. Eisenhower autorizó la creación de un espacio en el desierto de Nevada para ser usado como campo de entrenamiento secreto de la Fuerza Aérea.
Fue así como se instaló la base militar en el Área 51, una zona que abarca aproximadamente 12.000 km2 que limita con territorios en los que se llevaban a cabo experimentos nucleares.
ESPIONAJE AÉREO
Para el año 1955, el gobierno estadounidense determinó que en el Área 51 se ensamblaría y probaría el Lockheed U2, una aeronave espía a la que llamaban también la “Dragon Lady”.
De este modo se originó el Aquatone, un proyecto cuyo propósito era el de efectuar exclusivamente vuelos de reconocimiento sobre territorio soviético. En concreto, la misión utilizaría 5 aviones U2 para vigilar 23 puntos considerados de alta prioridad.
Cada U2 tenía la capacidad de volar sigilosamente por encima de los 20.000 metros de altura y captar imágenes de alta resolución.
El pretexto para evadir las suspicacias era que estas aeronaves, según el gobierno, realizaban mediciones meteorológicas. Pero el verdadero motivo era la búsqueda del arsenal nuclear de la Unión Soviética.
Durante las décadas de los 50 y 60, estos aviones sobrevolaron regiones de la Unión Soviética, China y Cuba. Y fue en 1962 cuando pudieron confirmar la existencia de misiles soviéticos en la isla del Caribe. No obstante, los U2 no eran infalibles.
Los soviéticos reportaron el 5 de mayo de 1960 el derribamiento de un U2 en su espacio aéreo, acción que Estados Unidos calificó de “agresión”.
Versiones modificadas de los aviones U2 comenzaron a ser utilizados por la NASA en la década de los 80 para recolectar datos atmosféricos.
SECRETISMO
El Lockheed U-2 es una de las aeronaves de vigilancia (o espionaje) de mayor renombre en la historia, pero el Área 51 también ha tenido otros protagonistas. Potentes aviones como el A12 Oxcart y el SR-71 Blackbird, además del impresionante F-117, fueron también objeto de prácticas sobre el cielo del sur de Nevada.
Respecto al Oxcart, se trató de un avión casi imposible de detectar. Le tomaba solo una hora y diez minutos atravesar Estados Unidos de costa a costa, alcanzando una velocidad supersónica de 2.350 km/h y una altura de 27.000 metros, desde donde podía capturar fotos en alta resolución.
El secretismo en el Área 51 abarcaba cada una de las pruebas que allí se realizaban, incluso a sus propios integrantes les restringían la información. Y justo ese misterio dio lugar a la creación de diversas teorías de conspiración sobre la existencia de naves y seres extraterrestres.
TEORÍAS OVNI
Varias de las aeronaves sometidas a pruebas en el campo de entrenamiento se desplazaban a velocidad supersónica y alcanzaban alturas que triplicaban las de los aviones comerciales.
Uno de los oficiales que trabajó en el Área 51, el coronel Hugh Slater, asegura que el Oxcart, por ejemplo, consiguió registrar hasta 2.850 vuelos de prueba en la década de los 60.
Según dijo el militar en un documental de National Geographic, cuando las tripulaciones y pasajeros de aviones comerciales que pasaban cerca de allí veían en pleno vuelo al Oxcart y a otras aeronaves supersónicas comenzaban a gritar “como locos” creyendo que se trataba de algún ovni, incluso reportaban a la torre de control los avistamientos.
De acuerdo con datos de la CIA, la mitad de los ovnis reportados en el Área 51 durante las décadas de los 50 y 60 se trató de pruebas de aviones espía.
La escritora Annie Jacobsen, en su obra: “Área 51: Una historia sin censura de la base militar secreta de Estados Unidos”, cuenta que del desconcierto y conmoción provocados por estos avistamientos quien más sacó ventaja fue la misma CIA.
La CIA se benefició de esa desinformación al alimentar una mitología alienígena.
A la Agencia Central de Inteligencia le podía resultar más conveniente que la gente centrara su atención en seres y naves extraterrestres y de esta forma se apartara de lo que realmente estaba haciendo: trabajos de inteligencia.
Lo que por ahora se conoce del Área 51 en su mayoría se debe a que en 2013, el gobierno estadounidense desbloqueó el acceso a unos informes en los que se podía evidenciar lo que sucede al interior de sus instalaciones. Sin embargo, los documentos no son concluyentes y dejan aún más incógnitas sobre qué otros tipos de pruebas se hacen ahí.
Lo que sí es una realidad, es que todavía nadie ha demostrado la existencia de extraterrestres en el Área 51, ni en ningún otro lugar del planeta. El tema, sigue latente.