Papá Noel, también conocido como Santa Claus, es un mito legendario según el cual este personaje reparte el 25 de diciembre regalos a los niños de todo el mundo. Oculta un secreto revelador que lo convierte en Quanta Claus.
La proeza que realiza cada año en un solo día es físicamente imposible de realizar, pero la ciencia ha encontrado posibles explicaciones que ayudan a entender que no es misión imposible.
Los datos revelan la magnitud de la misión: para visitar hasta 500 millones de hogares distribuidos en 65 millones de kilómetros cuadrados de tierra habitable, y separados entre sí una media de 200 metros, el recorrido real del personaje es de entre 120 y 240 millones de kilómetros en un día de 36 horas. Y su vehículo de transporte, un trineo tirado por unos renos.
Teniendo en cuenta que el vuelo comercial sin escalas más largo se realizó en 2019 de Londres a Sídney, cubriendo 17.800 km en 19 horas, parece imposible que Papá Noel pueda cumplir su misión en tan poco tiempo por medios convencionales.
Tendría que viajar a unos 5 millones de kilómetros por hora, mucho más deprisa que los aviones que superan la velocidad del sonido, arrastrando un peso de unas 300.000 toneladas en regalos, y detenerse en cada hogar no más de 223 microsegundos.
Quanta Claus
La física más avanzada considera posible sin embargo la proeza: Papá Noel tiene un escudo de iones, opera en 11 dimensiones y posee un dispositivo de teletransportación cuántica, destaca la revista PhysicsWorld.
El escudo de iones de partículas cargadas, unidas por un campo magnético que rodea todo su trineo, impide que la resistencia del aire a sus velocidades supersónicas queme al mito.
Además, su entrada y salida meteórica de la atmósfera terrestre ofrece un espectáculo equivalente al de la lluvia de meteoritos que suele ser frecuente en diciembre, señala el astrofísico de la universidad de Oslo, Knut Jørgen Røed.
Añade que Papa Noel ahorra tiempo, energía y resistencia al aire al trasladar regalos en el espacio: cualquier juguete pesa muy poco cuando está muy por encima de la Tierra.
11 dimensiones
Además, su viaje no se realiza necesariamente en las cuatro dimensiones en las que nos movemos cada día, considerando que el tiempo es la cuarta dimensión.
En realidad, viaja en 11 dimensiones espacio-temporales, que le permiten recoger los regalos en su almacén del Polo Norte, al mismo tiempo que los entrega en millones de hogares a la vez, sin que nadie pueda darse cuenta.
Otra proeza implícita en el mito de Papá Noel es el uso de la energía del vacío cuántico para viajar: el trineo y el reno usan energía repulsiva para compensar la fuerza de la gravedad, explica el profesor de física en la universidad de Noruega, Gaute T. Einevoll.
Todo ello permite a Papá Noel la teletransportación cuántica, según la cual en realidad no se mueve de su casa en el Polo Norte.
La teletransportación cuántica permite trasladar de un punto a otro del espacio la información que contiene una partícula elemental: aunque no traslada físicamente al objeto, puede replicar su información básica en un punto distante del espacio. Los regalos que vemos junto al árbol de navidad serían el resultado de este efecto físico.
Este fenómeno se basa en otro principio de la física avanzada: el entrelazamiento cuántico, según el cual cualquier modificación que realicemos en una partícula se refleja instantáneamente con la que haya estado entrelazada, aunque en ese momento esté a miles de kilómetros de distancia. Parece claro que Papá Noel juega con estos principios físicos.
Mito sabio
Teniendo en cuenta todo esto, podemos concluir dos cosas: que Papá Noel en realidad no es solo un personaje legendario cuyos orígenes se remontan al año 280 de nuestra era, sino también un mito que ha gestionado conocimientos avanzados durante casi 1800 años.
También que la física más avanzada nos indica que los mitos, por muy imposibles que nos resulten, tienen un posible fundamento real si pensamos el mundo en términos que trascienden la física clásica.
Soñar con mitos es una forma de descubrir que la realidad, en sus niveles más elementales, no es tan diferente de la ficción.
“La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado, mientras que la imaginación no lo es”, decía Albert Einstein en 1926.
El mejor regalo de cualquier navidad, por lo que significa, es el mito de Papá Noel, Santa Claus o, más apropiadamente, Quanta Claus.