Países que no existen (pero puedes visitar)
July 18, 2020 El Mundo , NoticiasSe trata de lugares que no cuentan con reconocimiento internacional oficial pero, sin duda, son destinos que descubrir.
¡Nos vamos a territorio inexplorado! (o casi).
Todos estos países tienen banderas, gobiernos y espíritu independiente, pero no existen oficialmente. Lo curioso es que no existe una definición universalmente aceptada de lo que hace que un país sea un país. Y si indagas en nuestro planeta azul, encontrarás que el mundo está lleno de aspirantes a estados, posibles países y micronaciones que anhelan su reconocimiento oficial. Lugares que no han logrado obtener un asiento en la Asamblea General de las Naciones Unidas y, por ello, no aparecen como estado soberano (algunos mapas mundiales ignoran su existencia, incluso).
Muchos de estos “no países” cuentan con su propia población y hasta ligas de fútbol. ¿Habrás visitado alguno sin tener conocimiento de ello?
Y es que el mundo está lleno de regiones pequeñas (y no tan pequeñas) que tienen todas las características de un país real: una población fija, un gobierno, una bandera y una moneda. Algunos incluso pueden emitir pasaporte biométrico. Sin embargo, por diversas razones, no se les permite ser representantes en las Naciones Unidas y por ello, no cuentan con el sello final de la condición de estado de un país.
Eso sí; para las personas que viven allí, estos países son muy reales. Pero, ¿por qué no alcanzan el estatus de país?
En la mayoría de los casos, es porque otros les dicen que no. Al fin y al cabo, los países son construcciones artificiales que solo existen porque otros aceptan que sea así, y esa aceptación no siempre ocurre, sin importar lo patriotas que se sientan sus ciudadanos con la nación en cuestión. A veces, eso significa que miles de personas no tienen voz en un escenario global. Otras veces, significa que las personas luchan por el reconocimiento y la independencia contra una nación más grande con más influencia que ellos, y que está decidida a mantenerlos bajo su sayo.
No existir oficialmente como país significa muchas cosas diferentes para un sorprendente número de naciones, y muchas veces, no representa una zona agradable para vivir.
El mundo está en constante cambio y, en el futuro, cada territorio que conocemos podría convertirse en un país que no existe.
Somalilandia se encuentra en África y es un país independiente desde 1991. Situado en el Cuerno de África, en 1960, la ex Somalilandia británica se independizó durante cinco días antes de unirse a la ex Somalilandia italiana para crear la República Somalí. Posteriormente, perseguida por los sureños, Somalilandia se independizó después de una guerra civil, volviendo en 1991 a los límites trazados por los británicos. Este país africano tiene todas las características de un país de pleno derecho: su propio parlamento, moneda, matriculaciones de automóviles e incluso pasaportes biométricos. Sin embargo, no es reconocido por ningún otro estado.
También conocida como Forvik, es un estado insular de Shetland -ubicado entre la isla Papa Stour y la península Sandness- fundado por el navegante inglés Stuart Hill. Su extensión es de apenas 0,01 kilómetros cuadrados y su población suma un total de… 1 persona. Hill se estableció en 2008 en este islote, iniciando una campaña de autodeterminación basada en la afinidad cultural de Shetland con Escandinavia, una faceta de su herencia vikinga. Pedía que fuese reconocida como Dependencia de la Corona, estatus del que gozan territorios como la isla de Man y las islas del Canal, territorios autónomos que se deben solo a la reina. Nadie le prestó mucha atención al que se le llama cariñosamente “Capitán Calamidad”. No hay registros de que la isla esté habitada permanentemente en ningún momento.
Se trata de un antiguo protectorado portugués reconocido posteriormente como territorio africano descolonizado antes de ser anexionado por Angola. Se encuentra frente al extremo occidental de Zambia y, según la Organización de Naciones y Pueblos No Representados, es el hogar de 38 grupos étnicos distintos. Sumándole a esto, además, que la nación Barotse se remonta al siglo XV, ¿por qué no es reconocido como país? Al parecer por problemas relativos al Acuerdo de Barotselandia de 1964, un tratado que otorgaba todo el control al gobierno de Zambia. En 2012 declaró su independencia. Su población es de mas de 5.100 millones de habitantes.
Viajamos hasta Dinamarca, donde encontramos la Ciudad libre de Christiania, un barrio parcialmente autogobernado fundado en 1971. Todo nació de un experimento social en el que un grupo de hippies daneses dio vida a este lugar en un antiguo cuartel militar. Declararon el lugar de 0,34 kilómetros cuadrados de superficie como Ciudad libre de Christiania e incluso el ministerio de defensa danés les otorgó el uso de la tierra a cambio de pagar sus facturas de servicios públicos. La población actual es de unos 1.000 habitantes. No cuenta con control de fronteras; cualquier persona puede entrar.
Esta unidad territorial es un lugar atrapado en el tiempo, durante los días de la antigua Unión Soviética, donde el martillo y la hoz siguen ondeando en la esquina de la bandera nacional. De hecho, incluso una estatua de Lenin con ojos de halcón sigue adornando la entrada del edificio del parlamento en Tiraspol, su capital. Un lugar singular ubicado entre la frontera de Moldavia y de Ucrania. Desde que se separó de su vecino al otro lado del río, Moldavia, esta franja de tierra se ha visto reforzada por una sensación de victimización colectiva entre sus residentes; se ven a sí mismos como rusos abandonados por el colapso de la URSS. Allí viven más de 500.000 personas.
Situada al noroeste de Nuevo México (EE. UU.), se trata de la nación indígena más grande basada en reservas en los Estados Unidos. Declarada el 1 de junio de 1868, cubre un área de 71.000 km cuadrados. Tradicionalmente, la patria la tribu navajo de nativos americanos de Dinetah nunca tuvo límites precisos, pero estaba marcada por cuatro montañas sagradas en los puntos cardinales. Este territorio se perdió por completo a mediados del siglo XIX, cuando los navajos marcharon, a punta de pistola, a un campo de internamiento. En 1868, después de cuatro años de prisión, se les entregó un tratado. Confiscaban el 90% de su tierra natal y se les permitía caminar de regreso al resto de tierras restantes. A lo largo de los años, las parcelas fueron devueltas por orden presidencial hasta que la Nación Navajo se convirtiera en la mayor reserva de nativos americanos en los Estados Unidos. Se les concedió la autodeterminación en 1975. Su capital es Tseghahoodzani (Window Rock).
El Imperio de Atlantium se fundó el 27 de noviembre de 1981 de la mano de George Francis Cruickshank quien se erigió como emperador del mismo cuando tan solo era un adolescente. Con una superficie de 0,76 kilómetros cuadrados, esta micronación cuya moneda es el sólido impersial, se encuentra en el centro de Australia. Atlantium se describe a sí misma como “una entidad soberana principalmente no territorial autodeclarada y un estado proto-mundial que afirma la soberanía global paralela inmanente”. Cualquier persona, en cualquier parte del mundo, puede solicitar ser ciudadano de Atlantium, independientemente de si alguna vez tiene la intención de ir a Australia, y mucho menos ir al pequeño país remoto. El censo actual suma más de 3.000 habitantes.
En lo profundo del corazón de Asia Central, la República de Tuvá fue una vez una nación independiente, pero experimentó una reforma radical bajo el gobierno del Secretario General Salchak Toka en la década de 1930-40, cuando el país se inclinó hacia los principios soviéticos. Tuvá solicitó la admisión en la Unión Soviética y actualmente forma parte de la Rusia moderna, pero aún conserva muchas de sus propias prácticas culturales. Esta nación es conocida por sus bosques y estepas, un lugar excelente para la observación de vida silvestre que incluye el lince, la cabra montés y el glotón. Su capital es Kizil y cuenta con una superficie de 170.500 kilómetros cuadrados.
La República de Murrawarri se encuentra en Australia, a ambos lados de la frontera de Nueva Gales del Sur y Queensland, dentro de Australia. Esta micronación, que cuenta con una superficie de 81.000 kilómetros cuadrados, declaró su independencia el 30 de marzo de 2013, un desafío fundamental para más de 200 años de dominio colonial. El Gobierno de Australia no reconoce dicha declaración de independencia.