Un nuevo estudio astronómico realizado en la Universidad de Queensland, en Australia, ha empleado la antena de radio más potente del mundo para descubrir estrellas lejanas que «esconderían» astros ocultos orbitando a su alrededor, de acuerdo a las extrañas señales de radio que emiten. Los investigadores utilizaron el radiotelescopio de baja frecuencia LOFAR, situado en los Países Bajos.
Los planetas del Sistema Solar emiten fuertes ondas de radio cuando sus campos magnéticos interactúan con el viento solar, las cuales ya han sido detectadas y analizadas por los astrónomos en múltiples estudios previos. Pero las señales de radio de los planetas ubicados fuera de nuestro Sistema Solar son mucho más difíciles de detectar.
Aprovechando ventajas tecnológicas
La radioastronomía ofrece numerosas ventajas con respecto a otras técnicas para lograr este objetivo, más aún si se utilizan instrumentos de avanzada como el radiotelescopio LOFAR. Anteriormente, solo era posible detectar las estrellas más cercanas que generaran una emisión de radio constante. Los nuevos radiotelescopios permiten identificar señales provenientes de estrellas más lejanas, y al mismo tiempo comprobar si existen planetas que orbitan a esas estrellas.
En este caso, los especialistas se centraron en las estrellas enanas rojas, que son más pequeñas que el Sol y registran una intensa actividad magnética, la cual puede derivar en emisiones de radio. Además de descubrir casi veinte nuevas estrellas, registraron otros fenómenos que podrían derivar en la identificación de nuevos exoplanetas.
Interacciones magnéticas
De acuerdo a una nota de prensa, algunas de las señales de radio detectadas provienen de la conexión magnética de las estrellas y los planetas en órbita que aún no han podido observarse, en un fenómeno similar a la interacción entre Júpiter y su luna, Ío. Los científicos identificaron este extraño mecanismo en 4 de las estrellas identificadas, según el estudio publicado recientemente en la revista Nature Astronomy.
Se sabe que Ío, un satélite con fuerte actividad volcánica, genera erupciones que emiten material a más de 300 kilómetros de altura: su baja gravedad permite que parte de este material sea expulsado de la superficie, depositándose en un anillo que cubre su órbita. Dicho material puede ser ionizado, quedando atrapado en el intenso campo magnético de Júpiter.
Auroras y señales de radio
Los investigadores creen que un fenómeno similar marca la dinámica de los nuevos sistemas descubiertos: por eso emiten las señales de radio, generadas a partir de las auroras producidas por las interacciones magnéticas. Incluso en la Tierra, la interacción del campo magnético de nuestro planeta con el viento solar genera brillantes auroras que emiten poderosas ondas de radio, además de ser fantásticos espectáculos visuales.
Para los astrónomos australianos, algunas de las estrellas descubiertas en el espacio profundo albergan «versiones ampliadas» de Júpiter e Ío: presentan un planeta envuelto en el campo magnético de una estrella, emitiendo material en vastas corrientes que posteriormente producen potentes auroras, las cuales finalmente generan las señales de radio.
Por último, los científicos concluyeron que el radiotelescopio Square Kilometer Array, desarrollado por Australia y Sudáfrica y que estaría operativo en 2029, permitirá comprobar la presencia de estos planetas y además intentar descubrir otras estrellas a distancias mucho mayores.