Misokinesia, un fenómeno psicológico cada vez más común
August 25, 2023 Bienestar , Noticias¿Te molesta ver a alguien mover de manera repetitiva las manos, las piernas o los pies? La misokinesia afecta a una de cada tres personas y es posible que tú seas una de ellas.
¿Te irrita tener cerca a alguien que no deja de tamborilear los dedos en una mesa o de mover su pierna arriba y abajo mientras está sentado? Tal vez padezcas un fenómeno psicológico muy concreto denominado misokinesia. Ahora, gracias a un estudio, sabemos que afecta a una de cada tres personas y que se relaciona con la misofonía (molestia al escuchar determinados sonidos).
Desde que se publicó este trabajo de investigación hace solo unos días, este término se ha hecho viral en muchos medios especializados. Es como si de pronto, millones de personas pudieran poner nombre a esa molestia que vienen sufriendo desde hace años. La misokinesia era hasta hace poco una realidad desconocida, pero padecida por muchos y que ahora ya es posible comprender.
La misokinesia la sufren muchas personas en sus entornos laborales cuando tienen compañeros nerviosos, hombres y mujeres con tics corporales inconscientes que no pueden controlar.
Misokinesia: definición, síntomas y causas
La misokinesia es una afección psicológica que cursa con malestar, fobia e incomodidad al ver y escuchar a alguien que no deja de moverse. Nos referimos a situaciones como estar sentado junto a alguien que no para de hacer sonidos con los dedos, clicar un boli una y otra vez, balancearse en la silla, mover la pierna arriba y abajo mientras están sentados o agitar uno de los pies.
Es cierto que ya se había hablado alguna vez de esta realidad psicológica. En el 2014, por ejemplo, la Universidad de Ámsterdam en los Países Bajos ya anticipó algo en un estudio. Mientras abordaban la comprensión de la misofonía (irritabilidad al escuchar sonidos como el goteo de un grifo, a alguien masticar) se pudo ver también otro fenómeno…
Buena parte de las personas que sufrían misofonía (odio al sonido) padecían otra reacción extrema: la incomodidad al ver y escuchar determinados movimientos corporales. Fue entonces cuando el doctor Arjan Schröder y sus colegas de la Universidad de Amsterdam acuñaron el término misokinesia: odio al movimiento.
¿Cuáles son los síntomas?
Siete años después de ese primer estudio, la Universidad de Columbia Británica ha recogido el testigo para clarificar y entender mucho mejor el fenómeno de la misokinesia. El estudio, publicado hace solo unos días, afirma que este fenómeno puede afectar a cerca del 33 % de la población. La cifra es muy elevada.
Ahora bien, ¿cómo saber si también nosotros formamos parte de ese grupo de afectados? Veamos a continuación cómo se manifiesta.
- Incomodidad, irritabilidad e incluso sensación de enfado cuando alguien realiza movimientos corporales repetitivos.
- Ver a alguien que abre y cierra un bolígrafo, que aprieta con la mano la clásica pelota antiestrés o que hace crujir o tamborilear los dedos les genera una gran ansiedad. Esa sensación se puede volver insoportable, hasta el punto de tener que alejarse.
- Hay personas que se sienten incapaces de trabajar junto a ese compañero de trabajo que mueve mucho las piernas cuando está sentado.
- La misokinesia afecta a cada persona de un modo particular. Es decir, hay grados. Abundan los que solo sienten incomodidad y ansiedad. Sin embargo, también hay quien se siente incapaz de ir a trabajar o de quedar con gente que sabe que es especialmente nerviosa. Estar al lado de alguien con muchos tics nerviosos puede resultar exasperante.
- Cuando hay alguien cerca que ejecuta movimientos repetitivos la persona con misokinesia no puede centrarse ni pensar en otra cosa.
¿Cuál es el origen de la misokinesia?
En la actualidad, y con los estudios realizados hasta el momento, no se conocen con exactitud las causas. Hacen faltan más trabajos de investigación. No obstante, sí se sabe cuál es la causa de la misofonía, la cual se relaciona de manera directa con la misokinesia.
Se ha descubierto que la fobia a los sonidos como el hecho de escuchar a otros masticar o incluso respirar, tiene un origen cerebral. En este tipo de alteraciones en las que las personas sufren una alteración al estar expuestos a determinados sonidos se aprecia una hiperactividad en la corteza insular anterior.
Esa área lo que hace es activar emociones fuertes como el miedo o la ira. También eleva la sensación de estrés, la sudoración y la frecuencia cardíaca. Con la misokinesia podría suceder algo parecido. Asimismo, se especula que podría relacionarse con las neuronas espejo.
El simple hecho de ver a alguien con un tic nervioso nos activan a nosotros también y quedamos contagiados por esa inquietud, pero eso sí, en niveles muy superiores.
¿Qué puedo hacer si sufro este mismo fenómeno psicológico?
En vista de que la incidencia de esta experiencia psicológica es elevada, ¿cuál sería la manera de hacerle frente? Como bien hemos señalado, la misokinesia afecta a cada persona de una manera. Habrá quien pueda manejar determinadas situaciones evitando poner la atención en esa persona que ejecuta los movimientos.
En los casos más extremos, en los que se experimenta un gran bloqueo y ansiedad, es recomendable solicitar ayuda experta.
Por lo general, técnicas de relajación y respiración profunda, como la visualización (crear una imagen mental alternativa mientras esos movimientos se ejecutan) pueden ayudarnos. Asimismo, otra estrategia sencilla puede ser solicitar a la persona en cuestión que deje de llevar a cabo esa conducta. No obstante, como bien sabemos, esto no siempre es posible…