Microbios viviendo en un géiser

No parece que un géiser sea un lugar apto para vivir, ni siquiera para los microorganismos termófilos, acostumbrados a las temperaturas altas. Los géiseres presentan un desafío único: son entornos extremadamente dinámicos. Por si fuera poco el ser lanzados a cientos de metros de altura unas cuantas veces al día, los microbios están sometidos a las fluctuantes temperaturas del vapor y del agua, que cambian constantemente a lo largo del ciclo eruptivo.

El géiser Old Faithful en plena erupción. / Lisa M. Keller. CC BY-NC

Sin embargo, en cada desafío hay una oportunidad, pues la forma de vida que logre aposentarse en un entorno muy hostil tendrá menos competidores que si el entorno fuese apto para muchas formas de vida. Y este ha resultado ser el caso para unos asombrosos microorganismos que moran en el géiser Old Faithful, uno de los más famosos del  Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos.

Un equipo encabezado por Lisa M Keller, de la Universidad Estatal de Montana en Estados Unidos, ha realizado un estudio que revela en toda su magnitud la presencia de microbios en el citado géiser y cómo puede prosperar allí una comunidad microbiana.

Thermocrinis ruber es la bacteria más abundante que reside en Old Faithful, constituyendo más del 60% de la población microbiana. Como quimioautótrofa, genera su propia energía a partir de reacciones químicas. Y ello no solo la beneficia a ella; también es de gran ayuda para el resto de la comunidad microbiana. Pero, ¿cómo? Old Faithful es un lugar no solo caluroso sino también oscuro, y esto último hace imposible la fotosíntesis.

Keller y sus colegas han comprobado que la Thermocrinis ruber toma el dióxido de carbono (CO2) que desprende el géiser y lo convierte en formas de carbono que son utilizables por otras especies, permitiendo a partir de esto la alimentación cruzada en la comunidad. Gracias a ello, especies como la Thermus aquaticus también prosperan. Todo eso ha permitido el establecimiento de un ecosistema, exótico pero estable, y el mantenimiento de una comunidad microbiana bastante compleja.

Descubrir que la vida puede perpetuarse en un entorno tan hostil como un géiser tiene también repercusiones para la astrobiología. Fuera de la Tierra, hay géiseres activos en Encélado (una luna de Saturno) y Europa (una luna de Júpiter). La investigación realizada en ese géiser de Yellowstone revela que las probabilidades de que pueda haber vida detectable en esos géiseres de Encélado y Europa son mayores de lo que se creía.

El estudio se titula “An Active Microbiome in Old Faithful Geyser”. Y ha sido presentado públicamente en un congreso reciente de la Sociedad Geológica de Estados Unidos (GSA).

NCYT