Menos criticar y más apreciar: claves para mejorar el entorno profesional
May 20, 2022 Bienestar , NoticiasWinston Churchill decía que las críticas no serán agradables, pero son necesarias. Sin embargo, parece que la neurociencia actual apunta a la importancia de desarrollar otra mirada.
La neurociencia ha encontrado un efecto negativo de las críticas en las personas, comenzando por la autocrítica. Estamos continuamente enjuiciándonos y criticando a las personas y sistemas de los que formamos parte.
Esta actitud genera desconfianza y distanciamiento. No promueve espacios en los que trabajar se convierta en una tarea ágil, en la que nos sintamos parte del equipo o de la empresa. No ayuda a una dinámica marcada por la confianza.
El efecto de las críticas en el cerebro
Una actitud autocrítica favorece zonas cerebrales que promueven la ansiedad y la depresión. En cambio, una actitud amable favorece la confianza, la memoria y la atención, reduciendo la ansiedad.
Si distinguimos entre crítica y respuesta valorativa (hay quien usa el término feedback, literalmente retroalimentación en inglés), la primera se centraría en lo que falta, la brecha entre donde estoy y lo que necesito mejorar. Esta es la faceta que muchas veces ofrecemos a los demás y a nosotros mismos, y que se puede convertir en una crítica continua, enjuiciadora.
Nos pone a la defensiva, mina nuestra confianza. Nos predispone a defendernos peleando, y en muchas ocasiones sin saber qué acciones realizar para alcanzar la ansiada mejora en un futuro prometedor.
¿Mejoramos o nos frustramos?
En realidad, es una especie de trampa. Porque en la medida que conseguimos el propósito que nos hemos puesto, volvemos a fabricar un nuevo propósito o nos vuelven a criticar. Se perpetúa así un estado de intentar empequeñecer una brecha imaginaria, entre lo que hacemos (o lo que somos), que es insuficiente, y lo que queremos hacer de otra manera (o quien queremos ser).
La activación del cerebro cuando escuchamos palabras negativas es muy diferente a cuando escuchamos positivas. El cerebro experimenta mayor respuesta hacia lo positivo, mas rápido, con mayor intensidad y mas duradera.
La mirada apreciativa
Tanto en el mundo laboral como en el personal, tendemos a centrarnos en lo que falta para poder mejorar. No obstante, también tenemos la oportunidad de mirar y dar respuesta desde una mirada distinta, valorando lo que hay como base sobre la que construir.
Es lo que se denomina una mirada apreciativa: construir desde el reconocimiento de lo que hay, no tanto desde la queja y las actitudes a la defensiva que promueven organizaciones y personas alejadas del bienestar y de la efectividad de un buen trabajo en equipo.
La conversación apreciativa crea un espacio de aprendizaje, cocreación y colaboración que lleva al que recibe el comentario a mejorar, a florecer, a tener ganas de seguir colaborando y construyendo. Es una visión distinta, centrada en lo positivo y no en lo negativo. Algo a lo que no estamos acostumbrados.
La respuesta apreciativa
Este tipo de respuesta evita que la persona se sienta criticada o juzgada. Al contrario, se siente valorada y potenciada. Es el comentario apreciativo.
Tiene por objetivo el crecimiento personal y profesional de las personas, empoderando al que recibe el comentario, reconociendo lo que hace, prestando atención a lo que hay, no a lo que falta. Se trata de promover el crecimiento, la inspiración y el compromiso alegre.
Presta atención a lo existente, sin negar la posibilidad de seguir creciendo, pero partiendo desde el reconocimiento. Consta de cuatro pasos, lo que se denomina en la literatura como FOAR.
- Fortalezas. Fijarse en las fortalezas, reconócelas e indagarlas. Ayuda a que se dé cuenta de lo que realmente la persona aporta.
- Oportunidades. Observar las oportunidades que tiene la persona para seguir creciendo y fortaleciendo desde esas fortalezas.
- Aspiraciones. Preguntar por las aspiraciones.
- Resultados. Y dadas sus fortalezas, oportunidades y aspiraciones, qué resultados espera conseguir en el futuro.
Cambiar la mirada
Si rompemos la tendencia a mirarnos negativamente, seremos más amables y respetuosos con los demás. Es necesario un cambio de enfoque hacia lo positivo, lo que inspira, lo que nos hace distintos. Todos tenemos aspectos positivos: poner la mirada en ellos potencia la relación, genera lazos de confianza y hace que las personas nos sintamos más felices. Merece la pena cambiar la mirada.
Seamos proactivos desde esta perspectiva que promueve el crecimiento y la confianza. Probemos; empecemos por mirarnos a nosotros mismos de esta manera, y conseguiremos emociones que promueven el bienestar y la eficacia profesional en el equipo.