‘Me he convertido en la muerte, la destructora de mundos’: el tenebroso momento en que Oppenheimer citó la Bhagavad Gita
July 12, 2020 El Mundo , NoticiasLa histórica entrevista en la que Oppenheimer habla de lo que sintió cuando vio estallar la bomba atómica en la prueba Trinity.
Julius Robert Oppenheimer fue uno de los científicos más prominentes del siglo XX, ciertamente uno de los más poderosos y quizá uno de los que más sufrió una enorme pesadumbre. El hecho por el que más se le conoce es por encabezar el Manhattan Project, el cual desarrolló la bomba atómica que estalló en 1945 en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, hasta ese momento, el arma más destructiva jamás creada.
Cuando Oppenheimer presenció la bola de fuego en la prueba Trinity, previamente a que la bomba fuera utilizada en Japón, se dio cuenta de que el mundo no sería igual. Según comentó en una entrevista tiempo después, de entre los testigos de dicho acontecimiento, algunos rieron, otros lloraron y la mayoría guardaron silencio, Pero él pensó inmediatamente en un verso de la Bhagavad Gita: “Ahora soy la muerte, la destructora de mundos”.
Si bien esta anécdota es cierta, la cita de Oppenheimer del texto hindú es, sin embargo, imprecisa. El fragmento más cercano que se puede identificar al respecto dice: “el tiempo destructor de mundos”, lo cual es dicho por Krishna a Arjuna mientras le muestra su forma tremenda de múltiples brazos, devorando mundos con el resplandor de miles de soles.
Aun cuando no se trata de la cita exacta, la referencia es interesante porque la enseñanza de Krishna es la enseñanza que recibe un guerrero antes de la batalla. Krishna exhorta a Arjuna a combatir, puesto que es su deber como miembro de una casta, debe de seguir su svadharma, su dharma personal, su vocación o su deber. A fin de cuentas, Arjuna está luchando para hacer el bien. El suyo es el polémico caso de una “guerra justa”.
En este mismo texto Krishna le enseña a Arjuna que la muerte tiene una especie de naturaleza irreal en un sentido último, pues todos los seres mortales son solamente las formas que toma un único ser, el Atman o alma, que es identificado con la divinidad, con el mismo Krishna. Esto motiva a la acción, pero desde el desapego. Oppenheimer no creía en un alma inmortal o que la muerte fuera finalmente ilusoria, sin embargo, sí parecía ser arrastrado por una especie de deber, de cumplir su trabajo. Con todo, esto no le eximía de una sensación de culpa. Oppenheimer dijo después también: “Los físicos han conocido el pecado; y este es un conocimiento que yo no pueden perder”. La ciencia se había mezclado de una manera indisociable con el poder y la destrucción.
El video muestra este momento realmente histórico, quizá tétrico, aunque quizá también digno de compasión, del peso enorme que lleva Oppenheimer, quien parece tener lágrimas en los ojos, pero a la vez tener una enorme dureza que le evita ceder a esa responsabilidad.