Mapa de densidad estelar

El segundo lanzamiento de datos de la misión Gaia de la ESA, que tuvo lugar en abril, ha supuesto un punto de inflexión en el estudio de la Vía Láctea.

Con un catálogo sin precedentes de posiciones tridimensionales y movimientos bidimensionales de más de mil millones de estrellas, además de información adicional sobre subconjuntos menores de estrellas y otros objetos celestes, Gaia ofrece a los astrónomos una fuente increíble para explorar la distribución y la composición de nuestra Galaxia e investigar su pasado y su evolución futura.

La mayoría de estrellas de la Vía Láctea se encuentran en el disco galáctico, que presenta una forma plana con brazos en espiral similares a los observados en otras galaxias espirales. No obstante, resulta complicado reconstruir la distribución estelar en el disco, y especialmente el diseño de los brazos, dado que nosotros nos hallamos dentro del propio disco.

Ahí es donde las mediciones de Gaia pueden marcar la diferencia.

Esta imagen muestra un mapa tridimensional centrado en un tipo de objeto concreto: las estrellas OB, las más calientes, brillantes y masivas de nuestra Galaxia. Como tienen una vida relativamente breve (de hasta varias decenas de millones de años), normalmente se encuentran cerca de su lugar de formación en el disco galáctico. Así, pueden emplearse para trazar la distribución general de las estrellas jóvenes, los puntos de formación estelar y los brazos espirales de la Galaxia.

El mapa, creado con 400.000 estrellas de este tipo dispuestas a menos de 10.000 de años luz del Sol, es obra de Kevin Jardine, desarrollador de software y astrónomo aficionado, interesado en cartografiar la Vía Láctea a partir de distintos datos astronómicos.

Está centrado en el Sol y muestra el disco galáctico como si lo observásemos de frente desde un punto fuera de la Galaxia.

Para tratar el enorme número de estrellas del catálogo, Kevin utilizó lo que se conoce como “isosuperficies de densidad”, una técnica empleada en numerosas aplicaciones prácticas, por ejemplo, para visualizar el tejido de órganos o huesos en la exploración TAC del cuerpo humano. En esta técnica, la distribución tridimensional de los puntos se representa en forma de una o varias superficies lisas que delimitan regiones con distinta densidad de puntos.

Aquí, las regiones del disco galáctico se muestran con distintos colores según la densidad de las estrellas ionizantes registradas por Gaia; estas estrellas son las más calientes de las estrellas OB y brillan con una radiación ultravioleta que expulsa electrones de átomos de hidrógeno, a los confiere su estado ionizado.

Las regiones con la mayor densidad de estas estrellas aparecen en tonos rosados/morado; las regiones con densidad intermedia, en tonos lila/azul claro; y las regiones con densidad baja, en azul oscuro. También se ha utilizado información adicional de otros catálogos astronómicos para cartografiar las concentraciones de polvo interestelar, que se muestran en verde, mientras que las nubes conocidas de gas ionizado se han representado en forma de esferas rojas.

La aparición de “radios” se debe a una combinación de nubes de polvo que tapan a las estrellas situadas por detrás y al efecto de estiramiento de la distribución de las estrellas a lo largo de la línea de visión.

También hay disponible una versión interactiva de este mapa como parte del software de visualización astronómica 3D en tiempo real Gaia Sky, desarrollado en el marco de la misión Gaia por el Astronomisches Rechen-Institut de la Universidad de Heidelberg (Alemania).

Para más información, incluida una versión anotada del mapa: Mapping and visualising Gaia DR2

ESA