Los virus como armas biológicas, ¿mito o realidad?

Rospotrebnadzor —el organismo ruso encargado del control sanitario— y la Universidad Federal de Extremo Oriente (UFEO) han anunciado la apertura del Centro Internacional de Tecnologías Moleculares en la ciudad de Vladivostok.

CCO/ Pixabay

Su principal tarea será monitorear las amenazas biológicas provenientes de los países de Asia Oriental: China, Corea y Japón. Además de los proyectos de investigación, el Centro capacitará a virólogos, bacteriólogos y especialistas en enfermedades infecciosas.

El portal Lenta.ru ha hablado con el profesor de la Escuela Biomédica de la UFEO, jefe de un laboratorio de virología de la Academia de Ciencias y doctor en Biología, Mijaíl Schelkánov, para aclarar si Rusia realmente necesita defenderse del bioterrorismo.

“No quiero asustar a nadie, pero el bioterrorismo es un problema acuciante. Cualquier agente infeccioso, si se usa adecuadamente, puede convertirse en un arma biológica. Afortunadamente, no hay muchos especialistas lo suficientemente cualificados en el mundo como para producir y usar de forma efectiva estas armas”, explica el biólogo.

Schelkánov recalca que todos los expertos de alto nivel se conocen, por eso es casi imposible producir un arma de este tipo y propagarla de forma anónima.

“El lema principal para los virólogos es ‘si quieres la paz, prepárate para la guerra’. La demostración de que un país realmente posee tecnologías modernas y es altamente competente es la mejor prevención de actos de bioterrorismo”, afirma el científico, que comparó también las armas biológicas con las nucleares.

Agrega que teóricamente es posible diseñar un nuevo virus, pero en caso de diseñar un ataque sería más fácil y efectivo seleccionar cepas de los virus con las propiedades deseadas o encontrar virus raros en el entorno natural.

Uno de los modos más corrientes de penetración de un virus en un país es, por supuesto, el turismo. Así, en las últimas décadas, los rusos visitan cada vez más los países extranjeros, particularmente los lugares exóticos, y traen consigo enfermedades de vuelta a casa.

No obstante, Rusia tiene uno de los mejores sistemas de bioseguridad del mundo, heredado de la época soviética. Cada año se registran entre 100 y 300 casos de enfermedades importadas, especialmente, desde Asia. Todas se detectan rápidamente, se diagnostican correctamente y se localizan operativamente hasta alcanzar la escala de brotes epidémicos.

“Estas son maniobras permanentes para repeler el bioterrorismo”, explica.

Pero no solo se trata de virus humanos; las que más sufren de epidemias son las plantas y las abejas. Obviamente, estas enfermedades no se transmiten a los humanos, pero sí dañan la agricultura y la economía mundial de forma importante.

Desde este punto de vista, el Lejano Oriente es una región especial, muy singular y concreta en cuanto a los agentes causantes de enfermedades virales y sus vectores. Schelkánov defiende que renunciar a estudiar estos agentes implica destruir el sistema de seguridad biológica de la Federación de Rusia.

Sputnik