Estos compañeros digitales interactivos pretenden ser un bálsamo para la epidemia de la soledad, que ha afectado a todo el mundo, desde los adultos mayores en residencias de ancianos hasta los estudiantes universitarios. Elizabeth Necka, directora de programas del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE UU, opina que este tipo de tecnología tiene sus ventajas, sobre todo cuando se emplea en asilos que ya sufren una escasez generalizada de personal.
“La idea de que exista una solución de bajo costo que atenúe los sentimientos de soledad es muy atractiva”, comenta Necka. “Si ChatGPT puede o no conseguir de verdad esos sentimientos de conexión, me parece un poco prematuro decirlo”.
No cabe duda de que existe una industria para estos dispositivos. El mercado de los robots sociales y de compañía es particularmente activo en países como Japón. Compañías como Lovot y Qoobo, “un cojín con cola que te calienta el corazón”, los han puesto de moda. Estos dispositivos también se han utilizado en países occidentales, pero su aceptación cultural es mucho menor. Pero la tendencia actual de las empresas de incorporar la IA generativa en todo significa que en todas partes probablemente se avecine una avalancha de estos “Chuckies” conversacionales.