Los genes de los primeros colonos de Islandia revelan el origen de su población

El análisis del genoma de 25 individuos islandeses que vivieron durante la colonización de la isla confirma que sus habitantes actuales son diferentes a los primeros pobladores, procedentes de Noruega y de las islas británicas e irlandesas. El estudio, con participación del CSIC, es imprescindible para seguir avanzando en la búsqueda de formas de diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades. 

Intervención artística en las calles de Reikiavik con fotos de niños islandeses durante el Festival de las Artes 2008 (CREATIVE COMMONS / HELGI HALDÓRSSON)

Islandia es un país con peculiaridades y los genes de sus 330.00 habitantes no son una excepción: el aislamiento y la endogamia presentes a lo largo de su historia convierten a esta isla del Atlántico norte en un paraíso para los estudios genéticos.

En poco más de 1.000 años, los islandeses han sufrido numerosos cambios en su acervo genético. De hecho, los colonizadores que llegaron a este territorio procedentes de Noruega y las islas británicas e irlandesas entre los años 870 y 930 se parecían mucho más a los pobladores de sus países de origen que a los actuales habitantes del país.

El estudio ha permitido conocer la evolución genética que derivó en una combinación de genes procedentes de Escocia, Irlanda y Escandinavia

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio llevado a cabo por un equipo internacional de científicos con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los investigadores, que publican sus resultados en la revista Science, han analizado por primera vez el genoma antiguo de 25 individuos que vivieron en Islandia durante la colonización de la isla.

El análisis de restos óseos antiguos –dientes pertenecientes a las primeras generaciones que poblaron la isla–  ha permitido conocer más sobre la evolución genética que derivó en una combinación de genes procedentes de Escocia, Irlanda y Escandinavia. Actualmente y de acuerdo con las conclusiones de este estudio, la huella genética noruega de los islandeses representa un 70%, mientras que, en el caso de los fundadores de la isla, era de un 57%.

“Este trabajo profundiza en el proceso que hace que poblaciones aisladas y pequeñas experimenten cambios en su variabilidad genética determinados por el azar a lo largo del tiempo”, explica Carles Lalueza-Fox, investigador del CSIC. “Los islandeses contemporáneos han estado marcados por 1.100 años de una profunda deriva genética, lo que significa que son más parecidos entre ellos, pero diferentes a las actuales poblaciones continentales de Europa”.

Sesgo de género

El trabajo liderado por investigadores de deCODE Genetics, la empresa biotecnológica con sede en Reikiavik que presume de disponer de registros genealógicos que retroceden hasta siete siglos en la historia de la mayoría de familias de la isla, confirma un sesgo de género en la población de Islandia.

“Los pobladores de origen celta tuvieron menos descendencia que los de origen noruego”, detalla Lalueza-Fox. “Probablemente debido a que había más hombres de origen escandinavo y más mujeres de origen escocés y británico, las cuales probablemente llegaron al país como esclavas y sirvientes”, continúa.

“Es como tener una máquina del tiempo. Ahora es posible investigar directamente a los que participaron en la fundación de Islandia”, explica Helgason

“Siempre hemos sabido que los islandeses provienen de noruegos y celtas, pero el análisis del genoma antiguo de los primeros colonizadores nos permite ver cómo eran antes de que estas mezclas empezaran a producirse y también durante todo el proceso”, explica Sunna Ebeneserdóttir, investigadora de deCODE Genetics. “Es como tener una máquina del tiempo. Ahora es posible investigar directamente a los que participaron en la fundación de Islandia”, agrega otro de los autores del estudio, Agnar Helgason, de deCODE Genetics.

Islandia, un laboratorio genético

Estos resultados aportan una visión detallada del origen de una población humana, un aspecto, según los científicos, clave para descubrir asociaciones de genotipo (la información genética en forma de ADN) y fenotipo (expresión del genotipo más la influencia del medio) para seguir avanzando en encontrar formas de diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades.

“Islandia es lo suficientemente grande como para que las enfermedades que afectan a los europeos estén representadas y lo suficientemente pequeña como para llevar a cabo con facilidad estudios genéticos que lleven a hallar la base de esas patologías complejas. En un futuro no muy lejano, seremos capaces de estudiar directamente a individuos que presentaban una determinada mutación hace 1.000 años y hacer la comparación con enfermos actuales”, concluye el investigador del CSIC.

SINC