Lo mejor para el dolor: estar con alguien que quieras
September 2, 2019 Bienestar , NoticiasEstar con la pareja puede traer muchos, y a veces, sorprendentes beneficios para la salud.
Diversos estudios han demostrado que el simple hecho de tocar a la persona que amamos puede actuar como un analgésico. Ahora, una nueva investigación sugiere que incluso estar en presencia de un ser querido puede ayudar a reducir el dolor.
Un estudio de 2018 publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, concluyó que cuando una persona coge de la mano a su pareja, se vuelve más resistente a los estímulos dolorosos. Sugirió que esto sucede porque cuando tocamos a alguien que queremos, nuestras ondas cerebrales se sincronizan, lo que hace que los estímulos dolorosos parezcan menos dolorosos.
Pero, ¿podría la simple presencia de nuestro ser querido tener el mismo efecto?
El nuevo trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Ciencias de la Salud, Informática Médica y Tecnología en Hall, Austria, y la Universidad de las Islas Baleares en Palma de Mallorca, España, cree que sí.
Según los investigadores, solo con estar en la misma habitación que nuestra pareja romántica puede mejorar nuestra tolerancia al dolor, incluso si no se cogen de las manos ni se abrazan, o sin ningún apoyo verbal. Las conclusiones del presente estudio aparecen en la revista Scandinavian Journal of Pain.
“Para ampliar nuestro conocimiento sobre el papel de las diferencias individuales en la modulación del dolor social, el presente estudio tuvo como objetivo investigar las implicaciones de la empatía disposicional, que se refiere a una tendencia de rasgo estable a ser consciente y experimentar indirectamente los pensamientos, sentimientos y percepciones de otro “, explican los autores.
Reducir el dolor agudo
Para su estudio, los investigadores reclutaron a 48 parejas heterosexuales, donde las parejas tenían una edad media de 25-40 años y las parejas llevaban juntas durante un período medio de 3,22 años.
Para evaluar la empatía de cada compañero, los investigadores les pidieron que completaran un cuestionario. Luego, probaron cómo reaccionaba cada persona al dolor por presión en dos condiciones experimentales diferentes: cuando estaban solos y cuando estaban en presencia de su pareja.
En el segundo escenario, el compañero, aunque presente en la sala, permaneció completamente pasivo, sin tocar ni hablar a su pareja. Para medir la sensibilidad al dolor en cada ocasión, los investigadores utilizaron una herramienta especial conocida como algómetro de presión.
El equipo descubrió que tanto los hombres como las mujeres parecían ser más resistentes al dolor cuando estaban en presencia de su pareja romántica. Además, cuanto mayor fuese el nivel de empatía de la pareja romántica, mayor era su tolerancia al dolor.
“Se ha demostrado que hablar y tocar repetidamente reducen el dolor, pero nuestra investigación muestra que incluso la presencia pasiva de una pareja romántica puede reducirlo, y que la empatía de la pareja puede amortiguar la angustia afectiva durante la exposición al dolor”, aclara Stefan Duschek, líder del trabajo.
Limitaciones del estudio
Sin embargo, los autores también admiten que su estudio cuenta con algunas limitaciones. Por ejemplo, los investigadores advierten que los participantes podrían haber sentido menos dolor cuando su pareja estaba en la misma habitación simplemente porque su presencia los distrajo de la sensación dolorosa.
“La posibilidad de que la reducción del dolor en cierta medida se deba a la distracción causada por la mera presencia de la pareja, en lugar del apoyo real, no se puede descartar”, escriben los expertos.
Aún así, el equipo concluye que sus hallazgos sí indican un efecto significativo del vínculo romántico en la sensibilidad al dolor: “A pesar de las restricciones, el estudio proporcionó evidencia de que la presencia de una pareja romántica es efectiva para reducir el dolor agudo incluso sin su retroalimentación activa, y que este efecto aumenta con la empatía de la pareja”.