Investigadores de la Universidad de Monash, en Australia, han desarrollado una revolucionaria tecnología que hará posible la recuperación de la visión en personas declaradas como clínicamente ciegas. De acuerdo a un comunicado, el ojo biónico trabaja con implantes electrónicos inalámbricos en miniatura, que se colocan en la superficie del cerebro y permiten restaurar las funciones visuales.
La mayoría de las personas con ceguera presentan nervios ópticos severamente dañados, una condición que impide la transmisión de las señales visuales desde la retina hasta el llamado “centro de la visión” en el cerebro humano. Dicho centro es el lóbulo occipital, uno de los seis lóbulos principales de cada hemisferio cerebral. Allí se encuentra la corteza visual primaria, donde funciona el área de procesamiento de nuestro sistema visual.
El sistema de visión biónica desarrollado por los investigadores australianos elimina el inconveniente principal, o sea la disfuncionalidad del nervio óptico. Esto posibilita tratar muchas afecciones que actualmente tienen serias limitaciones terapéuticas y pronósticos muy complejos.
La tecnología comprende un arnés de diseño personalizado, que incluye una cámara y un transmisor inalámbrico. A esto se suma una unidad electrónica de procesamiento de visión, que trabaja con la colaboración de un software específico. Por supuesto, no podemos dejar de lado los elementos más importantes, aquellos que integran la información en el cerebro: se trata de un conjunto de “mosaicos” o placas que se implantan en el cerebro, con dimensiones de 9 por 9 milímetros.
Patrones visuales: la luz en la oscuridad
¿Cómo trabaja el sistema? En primer término, la cámara captura las imágenes y escenas y las envía al procesador de visión, un dispositivo de tamaño similar a un smartphone convencional. En ese lugar se procesará la información visual y se extraerá la de mayor relevancia para el usuario.
Posteriormente, los datos visuales ya procesados se transmitirán por una red de comunicación inalámbrica hacia los circuitos instalados en cada una de las placas implantadas en el cerebro. En esa instancia, los datos se transformarán en pulsos eléctricos, los cuales generarán los estímulos cerebrales que propiciarán la visión, gracias a la ayuda de microelectrodos con el grosor de un cabello humano.
Según el profesor Arthur Lowery, investigador principal en la Universidad de Monash, la nueva tecnología “crea un patrón visual a partir de combinaciones de hasta 172 puntos de luz (fosfenos). Dicho patrón proporciona información para que el individuo se movilice en ambientes interiores y exteriores, o incluso reconozca la presencia de personas y objetos a su alrededor”.
Estudios en animales
Vale destacar que se han realizado ensayos previos con ovejas con resultados prometedores. Los animales recibieron estimulación visual a través de siete dispositivos especialmente implantados, a lo largo de un período de nueve meses. Los resultados del estudio indican que la estimulación a largo plazo con este sistema no solamente es efectiva, sino que además no genera ningún tipo de daño físico, problemas de comportamiento o convulsiones.
El trabajo representa una de las primeras pruebas a largo plazo de una prótesis de visión cortical con funcionamiento efectivo. Además de este gran avance para las personas con problemas visuales de alta complejidad o clínicamente ciegas, el sistema también podría adaptarse y ser útil para el tratamiento de parálisis en las extremidades y otras patologías.