Las sustancias que iniciaron la evolución química hacia la primera forma de vida

Hace alrededor de 4.000 millones de años, la Tierra era un lugar inhóspito, carente de oxígeno, plagado de erupciones volcánicas, y bombardeado por asteroides, sin albergar vestigio alguno de vida, ni siquiera en su forma más simple. Pero en algún momento en medio de este periodo caótico, la química de la Tierra se volvió favorable a la vida, dando lugar, por muy improbable que pareciera, a los primerísimos seres vivos del planeta.

Los autores del nuevo estudio han encontrado que una clase de moléculas, las conocidas como aniones sulfurosos, podrían haber sido abundantes en los lagos y ríos de la Tierra del pasado lejano. / MIT

¿Qué provocó este esencial punto de inflexión? ¿Cómo se reponían los organismos vivos en un mundo tan volátil? ¿Y cuáles fueron las reacciones químicas que dieron lugar a los primeros aminoácidos, proteínas y otros bloques de construcción de la vida? Estas son algunas de las preguntas cuyas respuestas la comunidad científica busca desde hace muchos años.

Ahora, unos científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge y el Centro para la Astrofísica (CfA) en la misma ciudad, gestionado conjuntamente por la Universidad Harvard y el Instituto Smithsoniano, todas estas entidades en Estados Unidos, han identificado ingredientes esenciales que estaban presentes en grandes concentraciones justo alrededor de la época en la que aparecieron los primeros organismos en la Tierra.

El equipo de Sukrit Ranjan, del MIT, ha encontrado que una clase de moléculas llamadas aniones sulfurosos podrían haber sido abundantes en los lagos y ríos del planeta. Ranjan y sus colegas calculan que, hace alrededor de 3.900 millones de años, los volcanes en erupción emitieron enormes cantidades de dióxido de azufre hacia la atmósfera, que al final acabó aposentándose y disolviéndose en agua como aniones sulfurosos, en concreto, sulfitos y bisulfitos. Estas moléculas probablemente tuvieron la oportunidad de acumularse en aguas poco profundas como las de lagos y ríos.

Lo que Ranjan y sus colaboradores han descubierto hasta ahora sugiere que los aniones sulfurosos aceleraron las reacciones químicas necesarias para convertir moléculas prebióticas muy simples en ARN, un bloque de construcción genético.

NCYT