Las señales morfológicas y sociales en una cara humana proporcionan pistas de la personalidad y el comportamiento
Existe amplia evidencia de que las señales morfológicas y sociales en un rostro humano proporcionan señales de la personalidad y el comportamiento humano, a pesar de que las teorías de morfopsicología de Cesare Lombroso y la frenología no tienen sustento.
Después de todo, la cara sí que, en parte, sería el espejo del alma, según este nuevo estudio publicado en Nature. Al menos una red neuronal es capaz de respaldar la idea.
Morfopsicología
El estudio citado presenta nuevos hallazgos que demuestran una predicción estadísticamente significativa de un conjunto de características de personalidad (todos los rasgos de personalidad de los Cinco Grandes) para hombres y mujeres.
Para demostrarlo, los participantes en el estudio proporcionaron sus fotografías de la cara (31.367 imágenes en total) y completaron un autoinforme de los rasgos de los Cinco Grandes. Los 5 grandes rasgos de personalidad son sociabilidad, responsabilidad, apertura, amabilidad y neuroticismo.
En el estudio se entrenaron redes neuronales artificiales en un gran conjunto de datos etiquetados para predecir los puntajes de los Cinco Grandes autoinformados. Los hallazgos respaldan firmemente la posibilidad de predecir perfiles de personalidad a partir de imágenes faciales estáticas empleando redes neuronales artificiales capacitadas en grandes conjuntos de datos etiquetados.
El coeficiente de correlación para todos los rasgos de carácter determinados a partir de la fotografía de la cara fue positivo, pero tuvo muchas variaciones: la apertura a la nueva experiencia de las mujeres, por ejemplo, tuvo los peores resultados (coeficiente 0.137), mientras que la honestidad fue la mejor predicha, tanto para hombres como para mujeres (coeficientes 0.386 y 0.358, respectivamente).
Parece que los estudios que utilizan fotografías realistas realizadas en condiciones controladas (expresión neutra, mirar directamente a la cámara, postura consistente, iluminación y distancia a la cámara, sin gafas, sin joyas, sin maquillaje, etc.) producen efectos más fuertes que los estudios que usan solo ‘selfies’. Desafortunadamente, las diferencias en las metodologías dificultan la hipótesis de si la diversidad de estos hallazgos se explica por la variación en la calidad de la imagen, el fondo de la imagen o los modelos de predicción utilizados.
La investigación sobre los vínculos entre las señales de imágenes faciales y los rasgos de personalidad enfrenta varios desafíos. Primero, la cantidad de rasgos faciales específicos es muy grande, y algunos de ellos son difíciles de cuantificar. En segundo lugar, los efectos de los rasgos faciales aislados son generalmente débiles y solo se vuelven estadísticamente notables en muestras grandes. Tercero, las asociaciones entre rasgos faciales objetivos y rasgos de personalidad pueden ser interactivas y no lineales.
Finalmente, los estudios que utilizan fotografías de la vida real se enfrentan a un desafío adicional: que las características de las imágenes (por ejemplo, el ángulo de la cabeza, la expresión facial, el maquillaje, el peinado, el peinado facial, etc.) se basan en las elecciones de los sujetos, que están potencialmente influenciados por la personalidad; después de todo, una de las razones principales por las que las personas hacen y comparten sus fotografías es para indicarles a los demás qué tipo de persona son.
