Un equipo de científicos de la Universidad de Kiel, en Alemania, ha comprobado que el sistema nervioso no solamente controla funciones motoras o sensoriales del organismo, sino que también influye directamente en la comunicación con los microbios. Así lo demuestra un trabajo que analiza el rol de la microbiota en el tracto digestivo, o sea la comunidad microbiana natural que coloniza esta parte del cuerpo.
Los especialistas estudiaron estos aspectos en el pólipo de agua dulce Hydra, hallando que las células nerviosas logran comunicarse con los microorganismos mediante receptores inmunes. De acuerdo a una nota de prensa, esto marcaría una relación directa entre el sistema nervioso y el inmunitario.
En uno de los puntos claves del estudio, los investigadores lograron reconocer genes presentes en neuronas de Hydra que a su vez están relacionados con trastornos como el síndrome de intestino irritable en humanos. Descubrieron que las mencionadas células nerviosas funcionan como unidades de control que permiten regular funciones corporales complejas, entre ellas la comunicación con los microorganismos.
Lograron determinar incluso que las neuronas tienen un impacto directo en la densidad y la composición de las bacterias con las cuales se comunican. Los expertos concluyeron que la comunicación bidireccional que se establece entre las células nerviosas y los microbios podría tener un papel crucial en determinadas funciones corporales.
Nuevos enfoques y tratamientos
En una etapa posterior de la investigación, los científicos analizaron el comportamiento de las mismas neuronas en ratones y nematodos, comparándolo con la situación encontrada en Hydra. No solamente comprobaron que la comunicación entre neuronas y microbios también se concreta en otros organismos, sino que además existen receptores inmunes en el intestino de los ratones que entablan una comunicación directa con las neuronas.
Los mencionados hallazgos podrían hacer replantear el esquema evolutivo que la ciencia ha sostenido históricamente sobre el sistema nervioso y el sistema inmunitario, ya que incluso los sistemas nerviosos más antiguos como el de Hydra habrían interactuado desde siempre con microorganismos.
Además, el descubrimiento de los especialistas alemanes tendría una aplicación directa en cuanto a la salud. Es que saber más sobre la comunicación entre las neuronas y los microbios podría permitir desarrollar nuevos tratamientos relativos a enfermedades inflamatorias intestinales, mejorando las intervenciones para regular la microbiota.
El cerebro y los vasos sanguíneos
En otro estudio de origen alemán, en este caso desarrollado en el Instituto Max Planck de Inmunobiología y Epigenética en Friburgo, se ha llegado a la conclusión que el cerebro se relaciona directamente con sus vasos sanguíneos circundantes. Según un comunicado de prensa, los científicos comprobaron que las células de los vasos sanguíneos pueden percibir la función metabólica cerebral.
De esta manera, generan respuestas que modifican la función vascular para optimizar el funcionamiento de todo el sistema. Los responsables de la investigación creen que este descubrimiento podría ser positivo en el tratamiento de trastornos neurodegenerativos, ya que por ejemplo el Alzheimer está directamente relacionado con el deterioro de la función vascular en el cerebro.