Las estrellas nacen rodeadas de diamantes

Esa puede ser la misteriosa fuente de un tipo muy peculiar de luz muy tenue que emana de varias regiones de la Vía Láctea.

Nubes de nanodiamantes brillan en los discos protoplanetarios que rodean a las estrellas recién nacidas

Durante décadas, los astrónomos han tratado de averiguar sin éxito cuál es la fuente exacta de un tipo muy peculiar de luz muy tenue, en el rango de las microondas, que emana de varias regiones de la Vía Láctea. Conocida como emisión anómala de microondas (AME), se sabe que esta fantasmagórica radiación tiene su origen en la energía liberada por diminutas nanopartículas que giran muy rápidamente.

Pero nadie hasta ahora había conseguido averiguar la naturaleza de esas partículas.

En palabras de Jane Greaves, astrónoma de la Universidad de Cardiff y autora principal de un artículo recién publicado en Nature Astronomy, “aunque sabemos que algún tipo de partícula es responsable de esta luz de microondas, su fuente precisa ha sido un rompecabezas desde que se detectó por primera vez hace casi 20 años”.

Hasta ahora, se creía que el culpable más probable de esta emisión de microondas era una clase de moléculas orgánicas conocidas como hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP): moléculas a base de carbono que se encuentran en el espacio interestelar y que se reconocen por la distintiva luz infrarroja que emiten.

Pero el estudio capitaneado por Jane Greaves ha demostrado que las misteriosas microondas proceden, con toda probabilidad, de pequeños cristales de carbono, también conocidos como nanodiamantes, que brillan en el interior de los discos de polvo y gas que rodean a las estrellas recién formadas.

Esas colecciones de polvo, gas y moléculas orgánicas, materiales “sobrantes” de la formación estelar, reciben el nombre de discos protoplanetarios y son precisamente los lugares en que los planetas empiezan a formarse. La elevada temperatura y las altas energías reinantes en el interior de estos discos favorecen, además, la formación de nanodiamantes. Tanto es así que los nanodiamantes de los discos protoplanetarios (miles de veces más pequeños que un grano de arena), se han encontrado ya a menudo en meteoritos en la Tierra.

“En una labor parecida a la de Sherlock Holmes para eliminar todas las demás posibles causas -explica Greaves- podemos decir con total confianza que el mejor y único candidato capaz de producir este brillo de microondas es la presencia de nanodiamantes alrededor de estas estrellas recién formadas “.

El nacimiento del Sistema Solar

Para llegar a sus resultados, el equipo se concentró en tres jóvenes estrellas que emiten luz AME utilizando los telescopios Robert C. Byrd Green Bank en West Virginia y el Australia Telescope Compact Array. Al estudiar la luz infrarroja procedente de los discos protoplanetarios que rodean esas estrellas, el equipo pudo relacionarla con la firma única de los nanodiamantes.

Los investigadores averiguaron de que la señal procedía de nanodiamantes hidrogenados, en los que la estructura cristalina de carbono está rodeada por moléculas portadoras de hidrógeno en su superficie.

“Se trata de una resolución genial e inesperada del enigma de la radiación anómala de microondas -continúa Greaves-. Y es aún más interesante si pensamos que se obtuvo al observar discos protoplanetarios, lo que arroja luz sobre las características químicas sobre el nacimiento de sistemas solares, incluido el nuestro”.

ABC