Las armas de los conspiranoicos del coronavirus para crecer en YouTube
May 19, 2020 El Mundo , NoticiasAunque la plataforma lucha contra la información falsa, los teóricos de la conspiración explotan estrategias de típicas de ‘youtubers’ para conseguir millones de visitas. Sus vídeos afirman cosas como que el coronavirus no existe y que los médicos que aparecen en televisión son actores.
Cuando el famoso teórico conspiración Alex Jones fue expulsado de YouTube y Facebook en 2018, la lección que se intentaba transmitir era que la eliminación de cuentas en las plataformas funcionaba. Sin acceso a sus millones de seguidores en las principales redes sociales, Jones se convirtió en un fantasma online que lanzaba a gritos su trabajo inacabado a un público mucho más pequeño.
Pero algunas personas aprendieron una segunda lección: las teorías de conspiración y los conspiranoicos que las promueven pueden atraer a mucho público y dinero.
Hace unas semanas, el popular youtubero del sector financiero con más de 2,2 millones de suscriptores Patrick Bet-David entrevistó en su canal durante dos horas a uno de los defensores más destacados de la desacreditada teoría de que las vacunas causan autismo Robert F. Kennedy Jr. Al principio, Bet-David le preguntó: “¿Por qué aceptó una entrevista larga?” La respuesta fue obvia: “Me encantaría hablar con su audiencia”. Una prueba clara de que los líderes del movimiento antivacunas intentan tener la mayor visibilidad posible durante la pandemia de coronavirus (COVID-19).
Kennedy le explicó a Bet-David que consideraba que sus cuentas de redes sociales han sido censuradas injustamente y, por eso, aparecer en la plataforma popular de otra persona es la siguiente mejor opción. Bet-David destacó la entrevista como “exclusiva” y la tituló Robert Kennedy Jr. Destruye a Big Pharma, Fauci y el Movimiento a favor de las vacunas. En dos días, el vídeo logró más de medio millón de visitas.
Había anuncios que se reproducían antes de sus vídeos a través del servicio de publicidad de YouTube, y los productos promocionales de Bet-David estaban expuestos y a la venta en un panel inferior a la descripción del vídeo. Otras dos entrevistas, en las que algunos de los conocidos defensores del movimiento antivacunas compartían varias afirmaciones desmentidas sobre el coronavirus y las vacunas (en gran parte no cuestionadas por Bet-David), también contaban con anuncios. Bet-David aseguró en una entrevista que YouTube había limitado la publicidad de los tres vídeos, lo que significa que podían generar ingresos, pero no tanto como lo hubieran hecho si no se hubiesen restringido.
Le pedimos comentarios a YouTube sobre los tres vídeos. Menos de dos días después, uno de los tres (la entrevista con la teórica de la conspiración contra las vacunas Judy Mikovits) había sido borrada por violar las políticas de desinformación sanitaria de YouTube. Antes de su eliminación, el vídeo contaba con más de un millón de visitas.
YouTube afirmó que los otros dos vídeos estaban en el límite, lo que significa que la plataforma había decidido que no violaban las normas, pero que ya no se recomendarían ni aparecerían de manera destacada en los resultados de búsqueda.
Después de pedirle comentarios a YouTube, uno de los tres vídeos había sido borrado. Antes de su eliminación, el vídeo contaba con más de un millón de visitas.
De acuerdo con las propias reglas de YouTube, los vídeos que contienen “desinformación sanitaria” sobre la COVID-19 infringen las pautas para anunciantes o violan los estándares comunitarios de la plataforma que rigen el contenido permitido en YouTube. En conjunto, los tres vídeos acumularon más de tres millones de visualizaciones en menos de una semana.
A lo largo del año pasado, YouTube introdujo algunas medidas para intentar contrarrestar la desinformación sobre salud, por ejemplo, mostrando fuentes fidedignas en algunos resultados de búsqueda, añadiendo paneles de información a algunos vídeos y trabajando para eliminar los vídeos que violan su creciente lista de políticas sobre tales afirmaciones falsas. Pero la pandemia ha aumentado la necesidad y la urgencia de medidas drásticas, así como el riesgo: a medida que la COVID-19 se iba expandiendo, YouTube ha implementado otras políticas específicas que prohíben vídeos que cuestionen la transmisión o la existencia de la enfermedad, que promuevan curas sin fundamento o que animen a las personas a ignorar las recomendaciones oficiales.
Los expertos consideran que las acciones de las plataformas de redes sociales para priorizar la información fiable y devaluar, limitar el alcance o eliminar por completo el contenido con desinformación pueden ayudar a limitar su difusión. Pero la aplicación de dichas acciones ha sido mucho más complicada. La desinformación sobre salud plantea sus propios desafíos, y las teorías de conspiración existentes y las afirmaciones falsas se están adaptando y difundiendo en la pandemia actual más rápido que la verificación de hechos, o incluso que la propia ciencia.
El portavoz de YouTube, Farshad Shadloo, respondió en un correo electrónico que YouTube trabaja para “eliminar rápidamente el contenido marcado que viola [sus] políticas”. Y afirma que la plataforma tiene unas “normas estrictas que rigen en qué tipo de vídeos se permite que aparezcan anuncios”, y que estas reglas se aplican “con vigor”.
Pero la entrevista de Bet-David y otros contenidos conspiranoicos en YouTube muestran que, de hecho, muchos destacados defensores de las teorías de conspiración utilizan con éxito la plataforma y exactamente como se pretendía: con las mismas técnicas que muchos youtuberos han usado para hacerse famosos.
Conspiración colaborativa
En YouTube existen incentivos reales para que los creadores de contenido busquen nuevas audiencias, colaboren o aprovechen las controversias, ya sea con productos de belleza, juegos o comentarios sobre noticias. Colaborar con personas conocidas y respetadas, o participar en un drama de esta subcultura, representa un método bastante seguro para que cualquier youtuber obtenga visitas y suscriptores. (Antes de su eliminación de YouTube, por ejemplo, Alex Jones perseguía repetidamente, aunque sin éxito, una entrevista con PewDiePie, entonces el creador líder de YouTube en cuanto las suscripciones). Pero la diferencia entre opinar sobre un drama comunitario y relacionarse con personalidades marginales consiste en el potencial daño que podría causar el mensaje.
La difusión de noticias falsas de odio dirigida a los grupos marginales conduce al acoso, a las amenazas y a la violencia. Los bulos sobre salud pueden llevar a las personas a ignorar las medidas de salud pública que salvan vidas o animarlas a probar peligrosas “curas“. Anthony Fauci, quien junto con Bill Gates se ha convertido en el principal villano para los teóricos de la conspiración sobre el coronavirus, ha aumentado su seguridad personal después de una oleada de amenazas de muerte.
Los activistas antivacunas son especialmente buenos en conseguir visitas en prácticamente cualquier red social, afirma la investigadora del Observatorio de Internet de la Universidad de Stanford (EE. UU.) Renee DiResta, que trabaja para combatir este tipo de desinformación. La experta detalla: “Están en todas las plataformas sociales, incluso en TikTok. Inverten su tiempo para crear contenido que las personas encontrarán si buscan un término específico”.
La relación entre los youtuberos marginales y los famosos puede ser simbiótica, afirma la profesora asistente de comunicación en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill (EE. UU.) Alice Marwick. Y añade: “Ambos grupos intentan beneficiarse uno del otro. La persona marginal quiere ganarse a la corriente principal, y la dominante quiere conseguir una mayor audiencia”.
Aunque YouTube expulsa a los creadores que rompen las reglas varias veces seguidas, algunos teóricos de la conspiración utilizan colaboraciones y entrevistas como solución alternativa, y así otros youtubers los invitan o hablan sobre ellos en sus canales.
Los recientes vídeos de Bet-David son un ejemplo perfecto. Su canal verificado, Valuetainment, forma parte de “YouTube para empresarios”, una plataforma de auto-optimización, impulsada por personalidades conocidas, llena de expertos en traje que ofrecen las claves del éxito financiero o creativo. Hasta hace poco, Valuetainment no era un paraíso para los teóricos de la conspiración, aunque Bet-David sí entrevistó a Jones una vez. Su archivo cuenta con una gran cantidad de instrucciones sobre cómo realizar alguna tarea, con vídeos motivacionales, consejos sobre negocios y entrevistas con las personas conservadoras más convencionales y destacados deportistas. Bet-David se describe a sí mismo como un “defensor de las vacunas” que seguirá vacunando a sus hijos.
Pero la atención es capaz de cambiar los intereses. Unas semanas antes de la entrevista, según Bet-David, empezó a recibir correos electrónicos de sus seguidores pidiéndole que entrevistara al teórico de la conspiración David Icke, cuyo canal había sido eliminado de YouTube después de que violara repetidamente las políticas de la plataforma de la desinformación sobre COVID-19.
En marzo, otro canal dedicado a los emprendedores publicó una entrevista con Icke que recibió millones de visitas y granjeó una gran cantidad de nuevos suscriptores. Bet-David me dijo que sus seguidores creían que él podía “desafiar” a Icke. El resultado fue una larga discusión, en algunos momentos hasta combativa. Pero el resultado no fue especialmente bueno, ya que alcanzó un máximo que no sobrepasaba medio millón de visualizaciones.
Pero esa entrevista de Icke dio lugar a una oleada de sugerencias para nuevos invitados. El youtubero explica: “Lo que empezó a suceder fue que comencé a recibir correos electrónicos con preguntas: ‘¿Ha visto este tema?'”. Al consultar dichos temas, se fue metiendo en un terreno cada vez más complicado
Los antivacunas y otros partidarios de las teorías de la conspiración tienen mucha motivación para aumentar su público, explica Marwick. La cultura de YouTube y los influencers llevan ya mucho tiempo siendo vulnerables a sus esfuerzos, llevando a algunas personalidades inconscientes o no preparadas y con muchos seguidores a hablar con defensores de los puntos de vista cada vez más extremos en nombre del debate intelectual, la curiosidad y la controversia. Incluso cuando los entrevistadores definen el vídeo como un debate, Marwick cree que “solo están abriendo la ventana de Overton a cualquier idea marginal que esté promoviendo el invitado”.
Las entrevistas de Bet-David con Kennedy y con otros grandes teóricos de la conspiración antivacunas fueron bastante diferentes que las anteriores, a veces permitiéndoles hablar sin interrupciones y sin preguntas durante varios minutos. Los títulos de los vídeos eran idénticos a los publicados por los propios conspiraoincos.
“Soy responsable de lo que sale de mi boca. No soy responsable de lo que sale de la suya”. Patrick Bet-David, Valuetainment
El vídeo más popular del canal de YouTube de Bet-David, titulado El Dr. Buttar acusa a Fauci, a Gates y a los medios de comunicación por usar COVID-19 para impulsar una agenda oculta, es una entrevista de dos horas con el activista antivacunas Rashid Buttar, que tiene su propio pequeño canal. Entre otras cosas, afirmó que el coronavirus era una arma biológica y le explicó a Bet-David que el conteo de muertes por COVID-19 se está inflando de forma artificial, que los médicos y las enfermeras que hablan con los medios son “actores pagados”, que los cadáveres que se ven en la televisión y en las noticias son “maniquíes”, y que la COVID-19 no es diferente de la “gripe común”. También insta a los espectadores a “salir a manifestarse” porque la pandemia es un engaño. Estas declaraciones parecen ir en contra de las reglas de YouTube, pero el beneficio para Buttar resulta claro: según SocialBlade, un sitio de análisis de influencers, el 28 de marzo tenía 4.200 suscriptores y recientemente acaba de superar los 250.000.
Una entrevista similar, ahora eliminada, que Bet-David realizó a la antigua investigadora del síndrome de fatiga crónica Judy Mikovits (reconvertida en una importante figura antivacunas), se tituló La ex científica del SIDA destapa la corrupción médica del Dr. Fauci. En el vídeo, lanzaba varias afirmaciones sobre la propagación del coronavirus que violan las reglas de YouTube y cosas como que una vacuna contra la gripe de mediados de la década de 2010 en realidad “estaba impulsando la pandemia”, que usar una mascarilla “activaría” el virus en el cuerpo, y que Anthony Fauci debería ser acusado de “traición”.
Bet-David asegura que habló con Mikovits, Kennedy y Buttar en parte porque eran médicos o abogados. “Ese hombre llegó a ser médico. Hay que dar crédito a una persona que se convirtió en médico”, se refiere a Buttar. En su opinión, está experimentando un proceso de aprendizaje y no está cualificado para valorar las horas de información que sus invitados lanzaban.
Pero la realidad es que muchas afirmaciones de los teóricos de la conspiración ya están desacreditadas, señala DiResta. Los vídeos antivacunas son “una mezcla de pseudociencia llena de jerga, que a menudo ya ha sido desmentida, y con grandes números para asustar a las personas, sacados completamente fuera de contexto“, opina, y añade: “El público que no está inmerso en los hechos y ni familiarizado con los juegos retóricos de los antivacunas cree que escucha algo escandaloso. Y luego se lo cuentan a sus amigos, o de vez en cuando empiezan a seguir al influencer antivacunas”.
Le pregunté a Bet-David si sentía alguna responsabilidad por dar voz a estos puntos de vista en su canal, especialmente por los argumentos potencialmente dañinos de sus invitados, instando a los espectadores a ignorar las recomendaciones de salud pública. Esto fue lo que me respondió: “No. Yo soy responsable de lo que sale de mi boca. No soy responsable de lo que sale de la suya”.
Según él, esa falta de responsabilidad se extiende a la desinformación que podría ser perjudicial para su audiencia. Él solo le da a la gente lo que le pide. Eso, a su vez, atrae más atención, lo que le permite ganar dinero con anuncios, productos comerciales, publicaciones y talleres. “El público debe decidir por sí solo”, sostiene. Además, cree que ya ha terminado de entrevistar a los activistas antivacunas. Ahora está intentando acordar algunas entrevistas con “grandes nombres” de lo que él llama expertos “pro-vacunas”.
Pero, de todos modos, los antivacunas podrían no seguir necesitando el altavoz del canal de Bet-David por mucho más tiempo. A finales de abril, Mikovits afirmó que “se había enterado” de que el presidente Trump había visto una entrevista suya en otro canal de YouTube. Ese vídeo, que todavía está disponible, tiene más de 600.000 visualizaciones.