La Voyager 2 llega al espacio interestelar

Por segunda vez en la historia, un objeto de fabricación humana ha alcanzado el espacio interestelar. La sonda Voyager 2 de la NASA, actualmente a unas 16,5 horas-luz de la Tierra, salió recientemente de la heliosfera, la burbuja protectora conformada por partículas y campos magnéticos generados por el Sol. La Voyager 1 ya cruzó esta frontera en 2012 y desde entonces vuela por el espacio interestelar.

Concepto artístico de la nave espacial Voyager en el espacio. / NASA

Tras examinar cuidadosamenter los datos de diferentes instrumentos a bordo de la Voyager 2, los científicos de la misión han llegado a la conclusión de que la sonda cruzó el borde exterior de la heliosfera el 5 de noviembre. Este límite, llamado heliopausa, es donde el viento solar caliente y tenue se encuentra con el medio interestelar frío y denso. Aunque la Voyager 1 lleva más tiempo explorando el espacio interestelar, la 2 dispone de un instrumento, averiado desde hace décadas en la 1, con el que será posible hacer observaciones sin precedentes del medio en el que se ha internado.La evidencia más convincente de la salida de la Voyager 2 de la heliosfera provino de su Experimento de Ciencia del Plasma (PLS), un instrumento que dejó de funcionar en la Voyager 1 en 1980, mucho antes de que la sonda cruzara la heliopausa. Hasta hace poco, el espacio que rodeaba a la Voyager 2 albergaba predominantemente plasma proveniente de nuestro Sol. Este flujo, denominado viento solar, crea una burbuja, la heliosfera, que envuelve al conjunto de planetas de nuestro sistema solar. El PLS se vale de la corriente eléctrica del plasma para medir la velocidad, la densidad, la temperatura y la presión del viento solar. El PLS a bordo de la Voyager 2 captó un fuerte descenso en la velocidad de las partículas del viento solar el 5 de noviembre. Desde aquel día, el instrumento no ha detectado ningún flujo de viento solar en la región del espacio por la que viaja la nave; por tanto, parece evidente que la sonda ha salido definitivamente al espacio interestelar.

La Voyager 2 se lanzó el 20 de agosto de 1977 / NASA / JPL-Caltech

El equipo científico de la misión Voyager ha visto evidencias adicionales de la llegada de la nave al espacio interestelar en otros tres de los instrumentos de a bordo: el subsistema de rayos cósmicos, el instrumento de partículas cargadas de baja energía y el magnetómetro. Lo que indican estos instrumentos concuerda con la conclusión de que la Voyager 2 ha cruzado la heliopausa.

La Voyager 2 partió de la Tierra en 1977, 16 días antes que la Voyager 1, y ambas han viajado mucho más allá de sus lugares de destino originales. Las naves se fabricaron con el objetivo de que durasen cinco años e investigasen Júpiter y Saturno. Sin embargo, a medida que la misión continuaba gracias a la formidable longevidad de estas sondas, fue posible para la Voyager 2 sobrevolar Urano y Neptuno, mientras que la 1 se convirtió en el objeto de fabricación humana más alejado de la Tierra y el primero en alcanzar el espacio interestelar.

Gracias a la reprogramación por control remoto, se adaptó el software de a bordo a las nuevas necesidades. Con sus cinco años de vida útil proyectada alargados hasta los 41 actuales, la Voyager 2 se ha convertido en la nave con la misión más larga de la NASA.

Las dos Voyager fueron preparadas para su hipotético encuentro con una civilización alienígena. Actuando como embajadoras cósmicas de la humanidad, transportan información sobre la especie humana y nuestro mundo, a modo de mensaje de paz. La información fue preparada lo mejor posible para que pueda ser descifrada por hipotéticas formas de vida inteligentes con las que las sondas se encuentren en su largo viaje a través de la galaxia. Ese encuentro, si llegase a ocurrir, sería en un futuro muy distante, puesto que estas dos naves tardarán por lo menos unos 40.000 años en pasar relativamente cerca de otra estrella.

El cambio notable que experimenta cada una de estas líneas en su sector final (extremo derecho) denota valores anómalos en sus parámetros, explicables de forma convincente solo si la nave ha llegado al espacio interestelar. / NASA JPL / Caltech / MIT

NCYT