La primera amputación quirúrgica en la historia de la humanidad: el pie de un niño, hace 31.000 años

El pequeño, miembro de una tribu de Borneo, logró vivir nueve años más con el miembro cercenado La compleja cirugía se practicó miles de años antes de la que hasta ahora era considerada más antigua: la extirpación de un brazo hace 7.000 años en la actual Francia.

Recreación artística del joven con el pie amputado en la cueva de Liang Tebo, en Borneo / JOSÉ GARCÍA (GARCIARTIST) Y LA UNIVERSIDAD GRIFFITH

Un equipo de investigadores australianos ha encontrado en Borneo la evidencia más antigua de una amputación quirúrgica en la historia de la humanidad. Un esqueleto de hace al menos 31.000 años pertenece a un individuo joven al que le fue cercenado el pie izquierdo cuando aún era un niño. Sorprendentemente, el paciente se recuperó y vivió entre seis y nueve años más. El hallazgo, dado a conocer en la revista ‘Nature’, muestra que al otro lado del mundo, en las selvas tropicales asiáticas, ya se empleaba esta cirugía avanzada miles de años antes del que se creía el registro conocido más antiguo, en occidente.

Un logro semejante tan temprano resulta una sorpresa, ya que las amputaciones requieren un conocimiento completo de la anatomía humana y la higiene quirúrgica, y una habilidad técnica considerable. Antes de los desarrollos clínicos modernos, como los antisépticos, la mayoría de las personas que se sometían a una cirugía de amputación morían por pérdida de sangre o por una infección posterior. Hasta este estudio, la operación compleja más antigua conocida le fue practicada hace unos 7.000 años a un granjero neolítico de la actual Francia, cuyo antebrazo izquierdo fue extirpado quirúrgicamente y luego curado de forma parcial.

Tim Maloney y sus colegas de la Universidad Griffith encontraron los restos humanos en un enterramiento en la cueva de piedra caliza de Liang Tebo, ubicada en el Kalimantan Oriental. Aunque aquí nos referimos al joven como masculino, la mezcla de rasgos femeninos y masculinos en el cráneo y la pelvis hizo imposible que los investigadores identificaran el sexo.

El motivo de la amputación también es un misterio. Hoy en día, una parte del cuerpo puede ser cortada parcial o completamente si está enferma, por ejemplo si tiene lepra o un tumor en el hueso, o si el tejido murió debido a una mala circulación sanguínea causada, por ejemplo, por una lesión, congelación o diabetes.

La amputación también se puede usar como castigo por parte de la tribu tras una mala acción, aunque los autores consideran poco probable que ese fuera el caso del esqueleto de Borneo. El motivo es que el cuerpo fue enterrado cuidadosa y deliberadamente entre seis y nueve años después de la cirugía, cuando el individuo tenía 19 o 20 años. Además, hay signos de curación ósea en el sitio de la amputación.

Un corte limpio

Igualmente, los autores descartan que la amputación fuera causada por el ataque de un animal u otro accidente, ya que estos suelen provocar fracturas por aplastamiento. Al contrario, las evidencias son consistentes con una amputación quirúrgica. El hueso de la pierna muestra un corte inclinado limpio en lugar de las características físicas más irregulares que se esperan de una lesión accidental. Se desconoce qué tipo de herramienta afilada se utilizó, pero parece claro que quienes lo hicieron debían de poseer un conocimiento detallado de la estructura de la extremidad, los músculos y los vasos sanguíneos para evitar la pérdida de sangre fatal y la infección.

Es posible que los miembros de la tribu conocieran las propiedades medicinales de las numerosas plantas que crecen en Borneo, pero no está claro si el niño recibió control del dolor durante la operación. Sin embargo, no hay evidencia de infección de la parte restante de la pierna izquierda y la amputación parece bien curada, lo que sugiere que si hubiera habido una infección posoperatoria asociada fue resulta incluso sin antibióticos. Incluso cabe la posibilidad de que utilizara una ‘muleta’ o apoyo, aunque no hay evidencia arqueológica.

Recuperación desafiante

La comunidad de cazadores-recolectores en la que vivía el niño habría sido relativamente móvil, iban de acá para allá en busca de alimento, lo que habría supuesto un gran desafío para su recuperación. Una persona con un miembro amputado necesita mucho descanso y rehabilitación.

Aunque no sabemos qué tipo de cuidados recibió el niño tras la operación, Charlotte Ann Roberts, del departamento de Arqueología de la Universidad de Durham y autora de un artículo que acompaña al estudio en ‘Nature’, considera que su supervivencia indica que los grupos prehistóricos ya brindaban atenciones a los débiles y necesitados. Además, que años después recibiera un entierro deliberado en una cueva sugiere que esas consideraciones continuaban más allá de su muerte. La investigadora recuerda que ya existían signos de comportamiento innovador en estas sociedades, como la creación de arte rupestre hace 40.000 años.

ABC