La NASA abre un vial de muestras de la Luna que llevaba más de 50 años cerrado

Esta semana se comenzó a trabajar con la última tecnología para analizar materiales lunares recogidos por la tripulación de la misión Apolo 17.

Dos escaneos de rayos X de la muestra analizada. La de abajo hecha en 1974 y la de arriba esta semana, con la tecnología actual / NASA

Investigadores de la NASA han abierto una muestra de suelo lunar o regolito recogida por la tripulación del Apolo 17 y que llevaba más de 50 años cerrada, tal como han informado la agencia espacial en un comunicado. La apertura está dirigida a poner en práctica las técnicas que se emplearán en las misiones del programa Artemis, que pretende enviar astronautas a la Luna a partir de 2024.

La prueba se abrió el pasado día 5 de noviembre en el Centro Espacial Johnson, en Houston (EEUU). Fue originalmente recogida por los astronautas Gene Cernan y Jack Schmitt, los últimos en pisar la superficie lunar, e introducida en un cilindro de cuatro centímetros de diámetro.

La apertura se realizó dentro de la iniciativa de Análisis de Nueva Generación de Muestras de Apolo (ANGSA, por sus siglas en inglés), que pretende analizar con las técnicas actuales más avanzadas algunas de las antiguas muestras.

«Hemos podido tomar medidas que sencillamente no pudimos hacer durante los años del programa Apolo», ha dicho Sarah Nobe, científica del programa ANGSA. «Los análisis de las muestras maximizarán el retorno científico de Apolo, y le permitirán a una nueva generación de científicos refinar sus técnicas y preparar a los futuros exploradores de las misiones lunares de la próxima década y más allá».

La mayoría de las muestras recogidas durante el programa Apolo ya han sido analizadas. Pero en los setenta la NASA decidió mantener algunas muestras intactas para estudiarlas en el futuro con tecnologías más avanzadas.

Las investigadoras Andrea Mosie, Charis Krysher y Juliane Gross abren la muestra 73002 / NASA/James Blair

Dos de estas muestras, las 73002 y 73001, serán estudiadas en el programa ANGSA. Se emplearán técnicas de imagen tridimensional, espectroscopía de masas y microtomía de ultra-alta resolución, para estudiar el regolito lunar con un nivel de refinamiento sin precedentes. En su día fueron recogidas en el cráter Lara, y se caracterizan por ser parte de un testigo que contiene información sobre la estructura vertical del suelo lunar, los deslizamientos de tierra y sobre la presencia de compuestos volátiles atrapados.

«Abrir estas muestras permitirá hacer nuevos descubrimientos sobre la Luna y le permitirá a una nueva generación de científicos mejorar sus técnicas para estudiar mejor las muestras que traigan los astronautas de Artemis», ha dicho Francis McCubbin, comisario de las muestras en el Centro Espacial Johnson.

El astronauta Gene Cernan preparándose para recoger las muestras 73001 y 73002 en el año 1972

Meses de trabajo con una sola muestra

La muestra 73003 será analizada durante varios meses y distribuida por varios equipos. Para eso será necesario hacer un análisis de tomografía de rayos X con el que obtener una imagen del interior y observar cómo está distribuido el regolito en el tubo, con la finalidad de evitar dañar los agregados antes de abrirlo. Después, los granos serán recogidos con herramientas especiales llenas de nitrógeno seco ultrapuro.

Apertura de la muestra 73003, con muestras de suelo lunar / NASA

A comienzos del año próximo, se abrirá la muestra 73001, que se caracteriza por haber permanecido almacenada al vacío durante medio siglo. Los investigadores están planificando cómo hacerlo y poder recuperar los gases almacenados en las muestras de suelo lunar.

La futura exploración de la Luna

En el futuro está previsto que los astronatuas de Artemis lleven a cabo estudios para analizar el estado del hielo de agua, que se cree que existe en los cráteres en sombra del polo sur de la Luna, así como de otros recursos lunares.

«Los hallazgos de esas muestras le darán a la NASA una más profunda comprensión de la Luna, incluyendo la historia de los impactos en su superficie, los deslizamientos de tierra y como la corteza lunar ha evolucionado con el tiempo», ha dicho en un comunicado Charles Shearer, codirector de ANGSA. «Además, la investigación ayudará a la NASA a comprender mejor cómo se desarrollan, evolucionan e interaccionan las reservas de volátiles tanto en la Luna como en otros cuerpos planetarios».

Mientras tanto, la agencia espacial sigue examinando la Luna por medio de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter. Antes de que se envíe una misión tripulada al satélite, en 2024, se enviarán varios instrumentos para examinar la superficie de la Luna.

ABC