La máquina de escribir música de Robert H. Keaton
March 18, 2019 El Mundo , NoticiasUna maravilla mecánica para duplicar melodías.
Los compositores han escrito música en (casi) cada superficie a su alcance. La inspiración golpea sin avisar, y cuando lo hace, hay que tomar nota lo más rápido posible. Sin embargo, escribir música por el simple hecho de copiarla puede ser tedioso, a menos que exista una forma de simplificar el proceso. Los ordenadores modernos asumieron esa responsabilidad sin dificultades, pero en la década del ’50, los editores, profesores y músicos podían adquirir una máquina de escribir para notas musicales, diseñada por el inventor Robert H. Keaton.
Las máquinas de escribir son fascinantes, y no necesitamos coleccionarlas para apreciar eso. Solo basta con ver en acción a la IBM Selectric, que además de escribir directamente sobre ella, también nos permitía conectarla a un ordenador y utilizarla como impresora. Varios teclados modernos se han inspirado en las máquinas de escribir, mientras que otras plataformas intentaron imitar su minimalismo (la máquina Freewrite, ex Hemingwrite). En el pasado, algunas personas trataron de solucionar problemas muy específicos con una máquina de escribir. Un buen ejemplo es la notación musical. Para cualquier compositor, una hoja de papel y un lápiz son más que suficiente, pero imagina a un profesor con la tarea de crear varias copias para sus alumnos, o un editor que necesita realizar correcciones rápidas en múltiples hojas. En esos casos, la respuesta era una máquina Keaton.
La máquina de escribir Keaton
La historia de la máquina de escribir Keaton se remonta a 1936, cuando su creador Robert H. Keaton la patentó por primera vez. Aquel concepto tenía solamente 14 teclas, pero en 1953 Keaton decidió registrar su segunda generación, con un total de 33 teclas. A partir de ese punto surgieron las primeras unidades comerciales, con un precio promedio de 225 dólares (más de 2.000 dólares ajustados por inflación). La hoja pautada se coloca por debajo del elemento de escritura, y una palanca del lado izquierdo modifica la altura (cada «punto» cambia su posición 1/24 de pulgada). El botón en la parte inferior actúa como barra espaciadora (aunque técnicamente posee tres teclas de espacio), y en la esquina inferior derecha se encuentra la palanca para hacer regresar al carro. Una aguja adyacente a la cinta indica el lugar exacto en el que quedará registrada la nota sobre el papel.
A simple vista, cualquiera llegaría a la conclusión de que la máquina Keaton es lenta e incómoda, sin embargo, no debemos olvidar el potencial del papel carbón, o sea que si alguien desarrollaba una buena velocidad en ella, podía multiplicar su rendimiento por 2 usando una hoja de carbón y un papel pautado adicional. Aún así, los compositores no adoptaron a la máquina (escribían más rápido a mano), y sólo quedan unas pocas unidades en existencia. Si localizas una, ¡no la dejes ir!
Fuente: Music Printing History