Los cambios en el estilo de escritura proporcionan pistas sobre la identidad de grupo, según un nuevo estudio realizado en conjunto por la Universidad de Exeter, el Imperial College de Londres, el University College de Londres y la Universidad de Lancaster. La pertenencia a grupos y las percepciones de identidad relacionadas inciden directamente en la forma de pensar, en las emociones y en los comportamientos en distintas etapas de la vida.
La investigación comprueba que las personas adaptan su escritura a cada contexto social, tanto para estar en línea con las reglas y las estructuras de cada grupo como para sentirse incluidas en los mismos. De esta manera, se incorporan términos y expresiones que están ligados a un grupo determinado y que no funcionan en otros.
Según una nota de prensa, esto significa que cada persona puede desarrollar múltiples estilos de escritura: en ocasiones puede escribir como “padre o madre” dentro de un grupo de pertenencia relacionado, en otras como un “profesional” de un área determinada y, también, como un seguidor o adherente de un club deportivo. En todos los casos, las “marcas” de escritura permiten identificar los objetivos de pertenencia social.
Evaluación automatizada
En el marco del nuevo estudio, que fue publicado en la revista Behavior Research Methods, los investigadores han diseñado un método de evaluación automatizada de la identidad social, a partir de los distintos estilos lingüísticos que se aprecian al momento de escribir. Según los científicos, este enfoque permite estudiar cómo las personas acceden a diferentes identidades de grupo, disponiendo de un indicador concreto como la escritura para analizar y cuantificar esos cambios.
A lo largo de la vida de una persona van sucediendo cambios, que modifican su inserción social y pertenencia a grupos. Distintos estudios han comprobado que dichas variaciones inciden en forma directa en el desempeño laboral, las relaciones familiares y la propia salud mental y física de los individuos. Los especialistas creen que su método puede ser especialmente útil para rastrear estas modificaciones a partir de la escritura.
Para la Dra. Miriam Koschate-Reis, una de las autoras principales del estudio, “las personas no son solo una cosa, no tienen una única faceta: cambiamos quiénes somos, nuestra identidad, de una situación a otra. Y esos cambios se manifiestan directamente en el estilo de escritura”, indicó.
Escritura y pertenencia a grupos
Con el propósito de aportar una herramienta concreta para obtener datos e información cuantitativa sobre estas cuestiones, el grupo de investigadores desarrolló el sistema ASIA (Evaluación automatizada de identidad social, según sus siglas en inglés). Se trata de un protocolo analítico que utiliza indicadores de estilo lingüístico en el texto para inferir qué pertenencia a un grupo es sobresaliente en un momento dado. Lo hace mediante las contribuciones en línea de los usuarios en foros o grupos de redes sociales, por ejemplo.
El sistema determina de acuerdo a las variantes de escritura si una persona actúa como “padre” o como “profesional” en cada situación, en función de las expresiones utilizadas o las intenciones comunicativas. Posteriormente, clasifica la información y permite obtener datos cuantitativos sobre la pertenencia a grupos y cómo la misma va cambiando de acuerdo a la edad o el contexto, entre otros factores.
Las aplicaciones son múltiples, aunque los científicos creen que el nuevo modelo puede ser interesante como herramienta de análisis y diagnóstico en el campo de la salud mental, por ejemplo para identificar determinadas patologías relacionadas con problemas de comportamiento social o dificultades para adaptarse a diferentes situaciones.