La erupción del volcán Ilopango sacudió a la civilización maya hace 1.590 años

Un estudio, con participación de Geociencias Barcelona, precisa que la erupción Ilopango (El Salvador) se produjo en el año 431 d.C. Este fenómeno tuvo un impacto directo sobre las zonas situadas en un radio de 40 km alrededor del volcán. Las cenizas expulsadas viajaron 7.000 km hasta llegar a Groenlandia.

Foto panorámica de la caldera de Ilopango tomada desde el flanco noroeste hacia el sureste / Dario Pedrazzi

Hace cerca de 1.590 años, en el  año 431d.C.,  la civilización maya fue sacudida por la violenta erupción del volcán Ilopango, situado en el actual El Salvador.  La erupción arrasó con todo en un radio de 40 kilómetros alrededor del volcán, según un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de científicos coordinado por Gerardo Aguirre-Díaz del Centro de Geociencias y que ha contado con la participación de Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC). La profesora asociada y directora del grupo de tefrocronología de la Universidad de Oxford, Victoria Smith, es la primera autora de  este nuevo trabajo,  que ha sido publicado en la revista PNAS.

Hasta ahora se sabía, gracias al estudio de los depósitos de cenizas conocidos como Tierra Blanca Joven presentes en gran parte del país centroamericano, de la ocurrencia de una gran erupción volcánica en la región. Sin embargo, se desconocía la fecha exacta en la se había producido. Gracias al nuevo trabajo publicado, se ha podido establecer con precisión una fecha para esta erupción y determinar cuál fue su impacto.

Los investigadores analizaron un testigo de hielo recuperado en Groenlandia y restos vegetales encontrados en los depósitos de cenizas generados por la erupción. Según el trabajo, habría ocurrió en el año 431 d.C. (con un margen de error de dos años).

El estudio de los testigos de hielo reveló también que las temperaturas globales cayeron alrededor de medio grado después de la erupción

El estudio de los testigos de hielo reveló también que las temperaturas globales cayeron alrededor de medio grado después de la erupción. “Estudiamos los testigos de hielo de Groenlandia y en ellos encontramos e identificamos pequeños fragmentos de que provenían de la erupción del Ilopango”, explica Smith.

Según detalla el trabajo, y gracias a la utilización de un modelo 3D de dispersión de cenizas, la columna eruptiva  alcanzó los 45 kms de altura y las cenizas  viajaron  más de 7.000 km, hasta Groenlandia.

“El trabajo que se publica ahora es la continuación natural del estudio que presentamos en el 2019 en el cual describimos, a partir del análisis exhaustivo de los depósitos de ceniza, los principales parámetros físicos de esta violenta erupción que alcanzó su clímax con la formación de flujos piroclásticos asociados a un colapso de caldera”, explica Dario Pedrazzi, investigador de GEO3BCN-CSIC y coautor del estudio.

“Gran parte de esta investigación ha sido posible gracias a toda la información obtenida durante las tres campañas de campo realizadas en El Salvador y durante las cuales se analizaron y cartografiaron los depósitos de ceniza de un área de más de 200.000 km2”, recuerda Pedrazzi.

Trabajo de campo del estudio / Dario Pedrazzi

50 veces mayor que la erupción del Saint Helens

Los autores del trabajo calculan que el volumen total de magma expulsado durante esta erupción fue de unos  55 km3. “Más de dos millones de km² de América Central quedaron  cubiertos por una capa de cenizas volcánicas, de al menos medio centímetro de grosor, y el cielo se habría oscurecido en esta región durante al menos una semana”, detalla Victoria Smith.

La nube ardiente tuvo un volumen diez veces superior a la que se generó durante la erupción del Vesubio

Se considera que este fenómeno es una de las erupciones volcánicas explosivas más grandes ocurridas en América Central durante el Holoceno (últimos 10.000 años). Según la principal autora del estudio, “fue más de 50 veces mayor que la del monte Saint Helens” ocurrida en 1980. Además, los flujos piroclásticos –también denominada nube ardiente– tuvieron un volumen diez veces superior al de los que se generaron durante la erupción del Vesubio, en el 79 d.C.

Una erupción con un impacto limitado

La nueva datación, más exacta, indica que la erupción del Ilopango tuvo lugar durante el período Clásico Temprano Maya (300 – 600 d.C.), un momento de expansión de esta cultura a lo largo de América Central.

“La erupción habría acabado con todos los seres vivos en un radio de 40 kilómetros y habría provocado la despoblación durante años o décadas de las cercanías del foco eruptivo”, argumenta Smith. Sin embargo, la erupción no tuvo un impacto tan marcado y directo para los mayas que habitaban en otras zonas.

La caldera del Ilopango, que alberga en la actualidad un apacible lago en su interior, está situada a unos diez kilómetros de San Salvador

Hasta ahora se pensaba que la erupción del Ilopango había sido la responsable de una década anormalmente fría en el hemisferio norte alrededor del año 540 d.C., pero el trabajo publicado muestra que esta fecha está en desacuerdo con las evidencias arqueológicas (producción de cerámica) que sugieren que esta anomalía se habría producido en un momento cercano al comienzo del período Clásico Temprano de la cultura maya (anterior al 450 d.C).

La caldera del Ilopango, que alberga en la actualidad un apacible lago en su interior, está situada a unos diez kilómetros de San Salvador y forma parte del Arco Volcánico de El Salvador que, con un total de 21 volcanes activos, es uno de los segmentos más activos del Arco Volcánico de América Central.

SINC