Un grupo de investigadores liderado por científicos de la Universidad de Princeton ha realizado el primer trabajo a gran escala, sustentado en datos y empleando aprendizaje automático, para intentar comprender la forma en la cual la cultura afecta el significado de las palabras. De acuerdo a una nota de prensa, incluso algunos conceptos aparentemente universales también se encuentran moldeados por cuestiones culturales.
La misma palabra, incluso al traducirla a otros idiomas, puede tener múltiples significados. Más allá de aspectos idiomáticos, temas como la cultura, la historia o la geografía pueden determinar significados particulares. No hay una relación intrínseca entre la palabra y aquello que comunica: por el contrario, es el contexto cultural el que determina que un concepto supuestamente universal se exprese de formas diferentes.
Los científicos decidieron comprobar por primera vez mediante datos esta teoría, sustentada por distintas corrientes académicas desde hace mucho tiempo. Utilizaron algoritmos de aprendizaje automático para estudiar más de 1.000 palabras en 41 idiomas, comparando los significados de cada término en las diferentes lenguas. Lograron determinar que hasta los conceptos más generales están influenciados por cuestiones culturales.
Se utilizó una metodología basada en asociaciones semánticas y no en la definición de las palabras. Esto quiere decir que se agruparon los términos que poseen una relación trascendente entre sí, como por ejemplo “hermoso” y “precioso”. Además, los sistemas de aprendizaje automático fueron entrenados para entrecruzar los significados entre los idiomas.
Notables diferencias culturales
Los resultados indican que únicamente algunos pocos conceptos pueden ser traducidos casi de forma universal. Se trata de las palabras que se refieren a números, profesiones, fechas, cantidades y relaciones de parentesco. En todos los otros casos, los algoritmos detectaron notables diferencias basadas en la cultura que subyace detrás de cada idioma.
Los ejemplos más controversiales son los relativos a las palabras que comunican emociones, pero también se comprobó escasa similitud en términos referidos a animales o alimentos, entre otros aspectos. Vale destacar que se creó especialmente un algoritmo entrenado en más de cuarenta lenguajes para comparar millones de asociaciones semánticas.
Variantes culturales y facilidad de traducción
En consecuencia, el estudio comprueba cuantitativamente que una palabra puede ser traducida literalmente a otro idioma, pero ese término no significará necesariamente lo mismo que el original en el nuevo contexto, y sucederá algo similar al realizar la traducción en forma inversa. Las variantes culturales determinarán que el concepto en cuestión se exprese con palabras diferentes en cada idioma.
Por último, los investigadores destacaron que el algoritmo de aprendizaje automático también logró predecir acertadamente la mayor o menor facilidad con la cual dos idiomas pueden ser traducidos, en función de las similitudes o diferencias culturales que presentan las zonas geográficas en las que se practican.
Para ello, se cruzaron los datos de las palabras analizadas con información referida a la organización sociopolítica y las costumbres culturales de cada región.