La contaminación del aire acelera el envejecimiento de los pulmones

Cada aumento mínimo de partículas equivale a dos años de desgaste respiratorio.

Alex Gindin.

La contaminación del aire precipita el envejecimiento de los pulmones y propicia la EPOC. Afecta más a las personas expuestas al tabaquismo y a las que tienen bajos ingresos.

La función pulmonar generalmente empeora con el envejecimiento, pero un nuevo estudio realizado por investigadores de Canadá, Suiza y el Reino Unido sugiere que la contaminación del aire desempeña un papel en este proceso.

Este estudio se suma a la evidencia de que respirar aire contaminado aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

La EPOC es una condición crónica asociada con el deterioro de la función pulmonar, que causa la inflamación de los pulmones y el estrechamiento de las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración.

Según la Carga Global de las Enfermedades (Global Burden of Disease, GBD), la EPOC es la tercera causa de muerte a nivel mundial. Además, se espera que la cantidad de muertes atribuibles a esta enfermedad aumente en todo el mundo durante la próxima década.

En un estudio publicado esta semana en la revista European Respiratory Journal, los investigadores analizaron los datos recopilados de más de 300.000 personas de entre 40 y 69 años de edad, que participaron en el UK Biobank, un estudio a largo plazo que incluye datos genómicos de más de un millón de residentes del Reino Unido.

“Aunque se sabe que la contaminación del aire aumenta el riesgo de mortalidad por enfermedades respiratorias, la evidencia de sus efectos sobre la función respiratoria y el riesgo de desarrollar EPOC está menos establecida”, dice Dany Doiron,  autor principal del estudio, en un comunicado.

Y añade: “Nuestro estudio tuvo diez veces más participantes que los estudios previos en poblaciones europeas, lo que nos permitió evaluar las correlaciones con mayor precisión, incluida la observación de subpoblaciones potencialmente vulnerables”.

Metodología 

Los investigadores utilizaron un modelo validado de contaminación del aire para evaluar los niveles de contaminación a los que los participantes estaban expuestos en casa cuando se inscribieron en el estudio del Biobank.

Los tipos de contaminantes incluyeron partículas de diferentes tamaños (PM10 y PM2.5) y dióxido de nitrógeno (NO2), sustancias producidas por la combustión de combustibles fósiles de los automóviles y otros tipos de vehículos, centrales eléctricas y emisiones industriales.

“Nuestros resultados, por lo tanto, confirman la necesidad de tomar más medidas para controlar la contaminación del aire en ciudades de todo el mundo”, dice Dany Doiron.

Los participantes completaron cuestionarios detallados sobre su salud, como parte de la recopilación de datos realizada por UK Biobank.

La función pulmonar de los participantes se midió durante su inscripción en el proyecto, entre 2006 y 2010. Para ello, los profesionales de la salud realizaron pruebas de espirometría en los centros de evaluación del Biobank del Reino Unido.

La espirometría es la técnica de exploración de la función respiratoria que mide los flujos y los volúmenes respiratorios útiles para el diagnóstico y el seguimiento de patologías respiratorias, incluida la EPOC.

El equipo de investigadores realizó numerosas pruebas para establecer la relación entre la exposición prolongada a niveles más altos de contaminantes del aire, la función pulmonar de los participantes y la prevalencia de la EPOC.

Varios factores, como la edad, el sexo, el índice de masa corporal (IMC), el ingreso familiar, el logro educativo, el estado de fumador y la exposición al humo de segunda mano, se incluyeron en los análisis.

Factores de riesgo 

Los datos demostraron que el deterioro en la función pulmonar asociado con cada aumento promedio anual de cinco microgramos por metro cúbico de PM2.5 en el aire, al cual los participantes estuvieron expuestos en el hogar, fue similar a los efectos de dos años de envejecimiento.

Cuando los investigadores estudiaron la prevalencia de la EPOC, llegaron a la conclusión de que los participantes que viven en áreas con niveles de PM2.5 por encima de los niveles enumerados en las directrices anuales de la Organización Mundial de la Salud (10 μg/m3), la prevalencia de la EPOC fue cuatro veces mayor que entre las personas expuestas al tabaquismo pasivo en el hogar. La prevalencia de la enfermedad fue la mitad de la de las personas que ya habían fumado.

“Lo que es perturbador es que encontramos que la contaminación del aire tuvo un impacto mucho más negativo en las personas que viven en hogares de bajos ingresos”, dice Anna Hansell, autora también del estudio.

“La contaminación del aire tuvo aproximadamente el doble de impacto que el deterioro de la función pulmonar y triplicó el riesgo de desarrollar EPOC en participantes de bajos ingresos, en comparación con las personas expuestas a niveles similares de contaminación del aire”.

Según los autores del estudio, se necesita investigación adicional para profundizar los vínculos causales entre la contaminación del aire y las enfermedades respiratorias, especialmente para las personas potencialmente vulnerables.

El equipo de investigación está realizando estudios adicionales para determinar si los factores genéticos interactúan también con la contaminación del aire y sus efectos en la salud.