La ciencia explica por qué los signos zodiacales no tienen asidero empírico

Desde que existe la astronomía, existe la astrología (o quizá su historia es igual a la del huevo y la gallina, pero qué más da).

Lo que importa es que en los orígenes de ambos saberes, eran amigas; fue recién después de Copérnico, Kepler y Galileo (y Newton) que se separaron, para nunca más reunirse.

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Empecemos por definir qué es cada cosa: la astrología estudia las posiciones del Sol, la Luna, las estrellas y los planetas para pronosticar sus influencias en el destino y la fortuna de las personas. La astronomía, en cambio, estudia científicamente todos los cuerpos celestes del universo, incluidos los planetas y sus satélites, los cometas y meteoroides, las estrellas y la materia interestelar para avanzar en lo que sabemos sobre ellos.

En la antigüedad, ambas prácticas eran amigas y se complementaban mutuamente, hasta que los astrónomos del siglo XVI se dieron cuenta de que los planetas orbitan alrededor del Sol, en lugar de la Tierra, y después Newton descubrió las leyes físicas detrás de su comportamiento. Desde entonces la astronomía cuestiona uno de los principios organizadores básicos de la astrología: las fechas del zodíaco.

De acuerdo con la astrología, los signos zodiacales reflejan el tránsito del Sol por la franja del cielo que llamamos zodíaco, que atraviesa las 12 antiguas constelaciones, o agrupaciones de estrellas. Los signos, piensan los astrólogos, reflejan o rigen las actividades y comportamientos humanos, de forma que los 12 signos del Zodíaco representan 12 tipo de personalidades o conjuntos de características.

¿Por qué la astrología no tiene sentido?

Como se sabe, son 12 los signos tradicionales, que llevan nombres de la mitología antigua: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.

La astrología sugiere que cada signo del zodíaco encaja perfectamente en un trozo de cielo de 30 grados, que multiplicado por 12 suma 360 grados. Pero en realidad, este no es el caso, ya que las constelaciones varían mucho en forma y tamaño.

Los astrónomos no se cansan de señalar este (gran) detalle, que las constelaciones zodiacales tienen diferentes tamaños y, por lo tanto, los signos del zodiaco deberían durar diferente número de días y —consecuentemente— no deberían estar divididos arbitrariamente para abarcar equitativamente el periodo de un año.

Además, en el zodiaco existe una decimotercera constelación, llamada Ophiuchus (Ofiuco), y brevemente una decimocuarta, Cetus (la Ballena).​ Como si fuera poco, los astrónomos también señalan el el hecho de que el eje de la Tierra se desplaza cada año, y que luego de transcurridos cerca de 3.000 años desde que se fijara el primitivo zodiaco, se tendría que retrasar un signo completo del horóscopo, según escribió en The Conversation James Kaler, profesor emérito de Astronomía de la Universidad de Illinois.

​Por ejemplo, el Sol pasa a través de la constelación de Escorpio en sólo cinco días, pero tarda 38 días en pasar por Tauro. Esta es una de las razones por las que los signos astrológicos no se alinean con las constelaciones del zodíaco.

Según Kaler, las fechas correctas de los signos zodiacales (hoy) serían:

  • Aries: del 19 de abril al 14 de mayo.
  • Tauro: del 15 de mayo al 20 de junio.
  • Géminis: del 21 de junio al 20 de julio.
  • Cáncer: del 21 de julio al 10 de agosto.
  • Leo: del 11 de agosto al 16 de septiembre.
  • Virgo: del 17 de septiembre al 31 de octubre.
  • Libra: del 1 al 24 de noviembre.
  • Escorpio: del 25 de noviembre al 17 de diciembre.
  • Sagitario: del 18 de diciembre al 19 de enero.
  • Capricornio: del 20 de enero al 16 de febrero.
  • Acuario: del 17 de febrero al 11 de marzo.
  • Piscis: del 12 de marzo al 18 de abril.

Las fechas seguirán cambiando a medida de que el eje de la Tierra siga desplazándose.

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