La ciencia demuestra por qué las mejores ideas se nos ocurren en la ducha

Lo han descubierto investigadores de la Universidad de Virginia.

Elf-Moondance / Pixabay

Muchas veces, cuando tenemos la mente ocupada con algún problema que requiere una decisión, nos damos una ducha y se nos aclaran las ideas, hasta el punto de que podemos dar con la solución.

Un equipo de investigadores liderados por Zac Irving, que estudia y enseña filosofía de la ciencia cognitiva en la Universidad de Virginia, han demostrado por qué ocurre esto en un estudio.

En lugar de reflexionar sobre un problema hasta que se resuelva, el estudio sugiere que es mejor tomarse un descanso y participar en una tarea diferente que sea ligeramente interesante, como ducharse.

Este entorno puede permitir que tu mente divague libremente, sin propósito ni dirección, aunque con algunas limitaciones. A medida que tus pensamientos van a la deriva, los investigadores creen que es más probable que se te ocurra algo inteligente.

Una tarea completamente aburrida, por otro lado, no parece restringir tus pensamientos lo suficiente como para generar ideas creativas. Es más probable que te distraigas o sigas pensando en el problema original.

“Digamos que está atascado en un problema. ¿Qué haces? Probablemente, no sea algo abrumadoramente aburrido como ver cómo se seca la pintura. En cambio, haces algo para mantenerte ocupado, como salir a caminar, hacer jardinería o tomar una ducha. Todas estas actividades son moderadamente atractivas”, dice Irving.

Así fue el experimento

El experimento se basó en 222 participantes, la mayoría de los cuales eran mujeres. En una prueba inicial, a estos participantes se les dio 90 segundos para encontrar tantos usos alternativos como pudieran para un ‘ladrillo’ o un ‘clip’.

Luego, los participantes fueron asignados aleatoriamente a una de dos tareas. El primer grupo recibió instrucciones de ver una escena atractiva de tres minutos de Cuando Harry encontró a Sally. Mientras tanto, el segundo grupo vio un vídeo de tres minutos de hombres doblando la ropa.

Después del intermedio del video, ambos grupos inesperadamente recibieron 45 segundos adicionales para agregar más ideas a su tarea original. Los investigadores calificaron la creatividad de sus respuestas según la cantidad de ideas que generaron y la novedad de las ideas, según la originalidad.

Al final, los participantes informaron cuánto divagaba su mente durante los segmentos de video. En última instancia, los autores descubrieron que durante el vídeo atractivo, la mente divagadora se asoció positivamente con respuestas más creativas.

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