En algunas partes del mundo, las montañas nevadas sirven como depósitos naturales de agua, almacenando vital agua dulce en forma congelada durante las épocas frías y lluviosas y liberándola en las estaciones más cálidas y secas.
Sin embargo, en la zona central de Chile, una megasequía, que ha estado en curso desde 2010, ha alterado esta dinámica. El prolongado período seco a menudo ha causado una reducción de la capa de nieve estacional en las montañas, lo que ha limitado el suministro de agua, exacerbado los incendios forestales y secado los cultivos. El invierno austral de 2023 trajo cierto alivio.