La arquitecta espacial soviética que durante 3 décadas trabajó en secreto

Galina Balashova participó en proyectos de la cosmonáutica soviética que cambiaron para siempre la historia de la exploración espacial. Su nombre, sin embargo, solo se volvió conocido recientemente.

Museum of Cosmonautics

A los 88 años, Balashova vive en un humilde departamento en la ciudad de Koroliov, en las afueras de Moscú. A lo largo de décadas, ni siquiera sus vecinos sabían que, la mayor parte de su vida, había sido la arquitecta responsable de diseñar el interior de numerosas naves del programa espacial de la URSS.

Cuando Balashova se jubiló en 1991, todo el trabajo secreto que había realizado para la industria cósmica soviética fue desclasificado. Sin embargo, debido al largo sigilo de su labor, nadie conocía a la arquitecta.

Balashova, entonces, pasó a vender sus paisajes en acuarela para sumar un ingreso. En 1998, en una exposición de sus pinturas, la arquitecta colgó al lado de sus cuadros de playas y bosques, el dibujo del emblema de la misión espacial Soyuz-Apollo. El símbolo, ampliamente conocido, es una creación suya.

El emblema de la histórica misión espacial Soyuz-Apollo, una creación de Galina Balashova. / Museum of Cosmonautics

En aquel entonces, “todos los dibujos de los interiores de las naves espaciales que creé, varios ‘Soyuz’, ‘Salyut’ y ‘Mir’, yacían debajo de mi cama para que no se retorcieran”, detalló Balashova a Afisha Daily en 2017.

Un visitante de la exhibición se interesó por el trabajo de Balashova en la cosmonáutica y, después de hablarle y conocer más sobre ello, digitalizó algunos de los diseños hechos por la arquitecta para el programa espacial soviético. Las imágenes fueron publicadas en las redes, pero fue solo más de una década más tarde cuando el arquitecto alemán Philipp Meuser se topó con ellas.

Los cosmonautas soviéticos, Alexéi Leónov y Valery Kubasov, participantes de la misión espacial Soyuz-Apollo, posan para los fotógrafos delante del logotipo diseñado por Galina Balashova. / © Sputnik / Alexandr Mokletsov

En 2012, Meuser la contactó y fue a visitarla a Moscú para conocer más acerca de su historia. La amistad entre los dos arquitectos quedó plasmada en dos libros dedicados a la colaboración de Balashova en el surgimiento de la arquitectura espacial. En Alemania, la arquitecta expuso por primera vez, a los 81 años, los valiosos planos que por muchos años había mantenido bajo su colchón.

Buen gusto arquitectónico

En una conversación telefónica con Sputnik a principios de marzo, Balashova explicó que su débil estado de salud ya no le permite dar largas entrevistas, pero recordó brevemente las palabras de uno de sus profesores de la universidad, las cuales ha llevado consigo durante toda su vida.

“Mi profesor de arquitectura, Yuri Nikolaevich Sheverdyaev, nos dijo cuando empezamos a tener clases con él en el tercer año de la universidad: ‘Nuestro trabajo es cultivar en ustedes el buen gusto y el gusto por el arte, en particular, por la arquitectura. Así que mi deseo siempre ha sido el mismo: cultivar el buen gusto y disfrutar de todo los tipos de artes y de la arquitectura también”, compartió Balashova.

El buen gusto arquitectónico cultivado por Balashova le fue muy útil cuando, sin aviso previo, fue convocada para participar del diseño del interior de una nave espacial, en 1963. Hasta aquel momento, los vuelos al espacio eran de corta duración y, por esta razón, la comodidad en los cohetes no era una prioridad de los ingenieros. Todo cambió cuando, en el proyecto Soyuz, decidieron agregar un compartimiento de descanso para que fuera posible realizar vuelos más largos. Balashova fue la encargada de diseñarlo.

Primera versión del interior de la nave Soyuz dibujado por Galina Balashova. / Museum of Cosmonautics

“En un fin de semana, en mi casa, lo dibujé. A la izquierda, creé un espacio para una mesa con un estantecito para libros, con controles. Al lado, había una especie de silla, que era el lugar para hacer las necesidades. A la derecha, había una especie de sofá. Necesitaban un espacio para descansar, entonces dibuje este sofá”, detalló Balashova en una entrevista con la televisión rusa en 2016.

Balashova se convirtió en la primera arquitecta espacial, una profesión que hasta el momento no existía. En completo secreto, dibujó a lo largo de tres décadas de carrera los interiores de distintas naves en el proyecto Soyuz, de las estaciones espaciales de los programas Salyut y Mir y del transbordador Burán.

Planos del interior de la estación espacial Mir dibujados por Galina Balashova. / Museum of Cosmonautics

Actualmente, más de 200 dibujos de Balashova se encuentran en el acervo del Museo de la Cosmonáutica en Moscú y, aunque tardíamente, el singular trabajo de la primera arquitecta espacial ha sido finalmente reconocido.

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